Rojo e imparable, como los autos de la F-1. Es el primer tren que
construye la fábrica automotriz de Maranello. Lo bautizaron El Italo, y
fue dotado de avances tecnológicos y aerodinámicos que se testearon en
el récord mundial de velocidad ferroviaria: 574,8 km/h. Debutó en el
tramo Roma-Nápoles, y costó 1.000 millones de euros.
El tiempo es un tren que pasa solo una vez en la historia. Y si la
conocida frase se refiere a orugas mecánicas de lujo, el concepto se
ajusta a medida. Cada estación albergó abrazos, sonrisas, excitación,
el adiós extendido en un pañuelo... Con el último silbido, la locomotora
liberaba vapor y las ruedas empezaban a girar lentamente. En cada
coche, los pasajeros dominaban la ansiedad de la partida acomodándose.
La escena la provocó cada tren, ya modesto, ya lujoso. Símbolos del glamour
decimonónico, íconos andantes de una época en que Europa marchaba a
toda velocidad montada sobre sus contradicciones. Hoy, solo algunos
legendarios perduran y otros corren una carrera contra el olvido. La
carrera definitivamente perdida contra los ultramodernos, velocísimos y
confortables que enterraron para siempre la nostalgia victoriana. En
Italia -a pesar de la crisis y de las protestas- por las vías que
conectan Roma con Milán pasa desde hace una quincena algo así como una
bala roja. Literalmente, una Ferrari sobre rieles. Es el tren de alta
velocidad que debutó en el tramo entre Roma y Nápoles, y luego amplió el
servicio entre Milán-Turín, Nápoles-Salerno y Bolonia-Venecia.
La silueta del convoy se recorta en rojo, el color que distingue
los bólidos de Fórmula 1 Internacional. Fue bautizado Italo, y lleva
como logotipo una estilizada liebre. Es la formación ferroviaria más
moderna de Europa, que estrenó la llamada "muy alta velocidad". Capaz de
trasladarse a 360 km/h. Más que un F-1, cuando el umbral era de 320
km/h. Pero ahí no acaban los detalles. La piel Poltrona Frau -exclusiva
para tapizar interiores y butacas de autos de alta gama- invita a
protagonizar el viaje.
El Italo fue diseñado por Giorgietto Giugiaro y acoge a sus
privilegiados viajeros en las tres clases habituales. Pero también
incluye coches especiales, por ejemplo, uno de rélax en el que no se
admiten niños y están prohibidos los celulares; o el llamado coche-cine,
con solo 39 plazas para disfrutar de estrenos.
El resto de los mortales tampoco queda mal parado. La conexión wi-fi
está garantizada a lo largo de todo el convoy -incluso cuando atraviesa
un túnel-. Se puede ver TV en directo y del menú de a bordo se encarga
un renombrado catering gourmet de productos italianos.
Es un tren exquisito y único hasta en los detalles más
prosaicos. Cuenta con avances tecnológicos y aerodinámicos testeados en
el récord mundial de velocidad ferroviaria (574,8 km/h). El proyecto
insumió 1.000 millones de euros.
La Argentina tambien disfrutó de trenes lujosos, pero la mayoría
de ellos ya no existe. Solo subsisten los denominados turísticos: Tren
de las Nubes, Tren de las Sierras -hoy en conflicto por el despido de 90
operarios-, El Marplatense, Tren del Fin del Mundo o Tren Ecológico de
la Selva, entre otros.
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