En más de 3000 kilómetros, realizado en una semana, pudimos
comprobar las grandes cualidades del espacio interior, la excelente
capacidad de baúl y el destacado confort de marcha.
Dentro de la planificación de la vacaciones de invierno con amigos a
Las Leñas teníamos que tener en cuenta en que automóvil nos ibamos
porque la cantidad de kilómetros, los terrenos para transitar y los
diferentes equipajes para cada uno de los cuatro adultos, no son una
combinación que sea bienvenida por cualquier vehículo. Las opciones eran
un sedán o una pick-up, pero en esta última debiamos dejar los bolsos
al aire libre entonces nos definimos por la primera posibilidad, un
Citroën C4 Lounge.
Después de cargar comodamente el equipaje en el baúl de 450 litros,
salimos a la ruta para recorrer los casi 1200 kilómetros que marcaba el
GPS personal -esta versión no equipa de serie el navegador- hasta Las
Leñas. La posición de manejo es buena y se encuentra facilmente gracias a
las diferentes regulaciones para el volante y la butaca. El conductor
también cuenta con una buena visibilidad tanto hacia adelante como hacia
atrás.
Producido en Argentina y en China, el Citroën C4 Lounge se desarrolla
sobre la plataforma de distancia entre ejes extendida de 2710
centímetros -similar a la generación anterior-. Esta es la razón del
habitáculo amplio donde cuatro adultos pueden viajar con total comodidad
con un excelente espacio para las rodillas de los ocupantes de las
plazas traseras. Asimismo, un adulto promedio de 1,80 metros no tendría
que tener dificultades con la altura a pesar del diseño del vehículo.
Los quince centímetros de largo que pierde con respecto a la generación
anterior se "notan" en el nuevo diseño de la parte trasera.
Tanto es el confort interior que la versión Tendance -una de las más
económicas- ofrece en su equipamiento de serie los apoyabrazos centrales
delantero y trasero, la apertura de baul y de tanque de combustible
desde el interior, el climatizador automático bi-zona y el control de
velocidad crucero que, a nuestro gusto, es uno de los sistemas más
cómodos para largos viajes en ruta.
Verdaderamente salir de la ciudad da placer y más si se viaja en un
auto con tanto bienestar de marcha como el Citroën C4 Lounge. A
diferencia del Peugeot 408 -posee la misma plataforma-, este producto
cuenta con una configuración de suspensión adaptada al confort, lo que
hace que el vehículo no marque tanto las imperfecciones del camino. Esta
característica posibilita que en ciudad tenga un desempeño placentero y
en ruta -a altas velocidades- parece ir "rozando el piso".
Tantos kilómetros recorrimos que el deternerse en las estaciones de
servicio para recargar el combustible se volvió una constante. El motor
naftero de 2.0 litros y 143 caballos de potencia tiene un buen consumo
si no se supera la velocidad permitida de ruta, desarollando los cien
kilómetros con poco menos de ocho litros. En ciudad es donde más pena
esta unidad porque en la misma distancia está por encima de los once
litros. Estos números salieron de la combinación con la caja manual de
cinco marchas con pasos suaves y una quinta velocidad algo larga.
La gran novedad del Citroën C4 Lounge es que en las ocho versiones
que se comercializan en el mercado nacional hay tres tipos de
impulsores. La testeada por Conduciendo.com, la histórica THP naftera de
1.6 litros de 163 CV, y una HDi 1.6 de 115 CV. Muchas variantes para
los clientes que buscan "su" motorización preferida.
A diferencia de la tendencia de diseño y construcción de los modelos
anteriores, el Citroën C4 Lounge abandona el volante de centro fijo y,
ahora, equipa todos los comandos satelitales a la altura de los
pulgares. La calidad de las terminaciones y los encastres es en general
buena. El uso de plásticos blandos en algunas zonas hace que el
"vehículo" sea más agradables al tacto.
Siguiendo en el interior, el panel y la consola central tienen una
leve orientación hacia el conductor. El tablero de instrumentos combina
algunos indicadores analógicos -no muy visibles- con otros digitales.
Donde tuvimos algunas dificultades fue en que el vehículo no indica la
temperatura del motor y al estar en una zona extremadamente fría, por la
mañana debíamos esperar un buen tiempo hasta asegurarnos que había
entrado en temperatura y así no dañar nada mecánico. La buena noticia es
que abandonó el tablero central al que nunca nos pudimos acostumbrar.
Durante los diez días del viaje tuvimos que transitar por caminos
totalmente diferentes: asfalto seco y mojado, ripio y hasta nieve en
algunos momentos. El sensor automático de lluvia nos sirvió en trayectos
donde ya había llovido y cuando nos acercamos a un vehículo que
levantaba un poco de agua se conectaba para tener una mejor visión al
momento de sobrepasarlo.
La seguridad está en la media de los vehículos de entrada de gama del
segmento. Con airbags para conductor y acompañante, sistema de frenos
ABS (antibloqueo) con EBD (distribución de la fuerza del frenado
electrónicamente) y BAS (asistencia al frenado de emergencia),
cinturones inerciales en todas las plazas, dirección asistida adaptable a
la velocidad, faros antiniebla delanteros y traseros, asistente sonoro
para el estacionamiento y ganchos ISOFIX para ajustar silla de niños,
tiene un caudal de equipamiento importante, aunque nos gustaría que
también ofrezca el control de tracción de serie.
A pesar de ello, este modelo se vende en ocho versiones diferentes
donde podemos encontrar todavía más detalles de confort -como un GPS- y
un equipo de seguridad de alto nivel para un sedán de marca generalista
producido en el país.
En definitiva, el Citroën C4 Lounge ha dado un salto de calidad
tremendo con respecto a su generación anterior. De ser un sedán derivado
de un hatchback se transformó en un sedán de raiz con un diseño bonito y
manteniendo todas las dimensiones y comodidades del interior. Confort
de marcha y habitabilidad son sus mejores cualidades.
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