Coleccionistas de vehículos de época y vendedores de este tipo de
autos se embarcaron este fin de semana en un viaje de 1.600 kilómetros
entre las dos principales ciudades de China, Pekín y Shanghái, con el
que quieren fomentar la afición a los grandes clásicos del motor en el
país asiático.
El viaje se inició el sábado, 12 de octubre, al pie
de la Muralla China, donde los vehículos, casi medio centenar, pasearon
por el llamado "Paso del Agua", uno de los tramos del monumento más
cercanos a Pekín, y partieron en una carrera de exhibición que se
disputa en cinco etapas, con jornadas de descanso de por medio.
Los
pilotos, entre los que hay corredores portugueses, británicos, chinos,
australianos y de otras nacionalidades, pasarán por grandes urbes chinas
como Tianjin, Qingdao, Nankín o Hangzhou, antes de llegar a la Perla de
Oriente shanghainesa el 18 de octubre.
En la salida de la
carrera, mientras eran despedidos por miembros de la organización
disfrazados como soldados europeos del siglo XIX, los pilotos aseguraban
que esperan disfrutar del viaje, pero que éste será duro.
"Son
mil millas, y como nuestro auto es descapotable, con el frío, será una
carrera difícil", señaló a Efe uno de los participantes, el portugués
Daniel Soares, quien ejerce como copiloto de una de las grandes joyas de
la carrera, un Jaguar D construido en 1975.
Autos de todas las
épocas, pero especialmente de los años 50, 60 y 70, serán paseados por
las carreteras del norte y este de China, entre ellos un Mercedes 280SL
de matrícula española que también tendrá a pilotos lusos al volante.
Los
autos evocan desde películas clásicas de James Bond (caso de un Aston
Martin DB2 de 1957 o un Bentley S1 de 1958) a filmes y series de acción
de los setenta y ochenta, como un espectacular Maserati Merak de 1977
que se asemeja al KITT que protagonizaba "El Coche Fantástico".
La
pieza más antigua es un Auburn de 1935, y también se podrán admirar
esta semana en las carreteras de Pekín a Shanghái viejas glorias de
Cadillac, Chevrolet, Volvo, Mini y Volkswagen.
Pero lo especial de
este rally, que en 2013 celebra su segunda edición (la primera, en
2011, sufrió algunos problemas de organización, lo que probablemente
hizo que en 2012 los autos clásicos se dieran un descanso en China) es
que, junto a autos clásicos europeos, se tiene la posibilidad de conocer
vehículos de la China maoísta.
Los dirigen conductores chinos que
han restaurado joyas desconocidas en Occidente como un Dong Fang Hong
("Este Rojo") BJ76 de 1965, tintado, cómo no, en color escarlata, o un
Hong Qi ("Bandera Roja") CA770 de 1972, una limusina negra similar a las
que utilizaba Mao Zedong para sus viajes.
"No es fácil conseguir
en China estos vehículos. Nosotros se lo compramos a un amigo y lo
arreglamos", relató un piloto de estos autos orientales, Bai Jing,
mientras avanzaba hacia la línea de salida.
Los rallys de época
son por el momento una exótica novedad en el país asiático, aunque ya
con anterioridad ha habido interesantes iniciativas en este sentido,
como el rally Pekín-París que cinco vehículos de casi un siglo llevaron a
cabo en 2005.
Aquella audaz aventura quiso recrear la todavía más
temeraria que 98 años antes, en 1907, llevaron a cabo algunos de los
primeros vehículos de la historia de la automoción, aunque aquella vez
fue en sentido contrario, desde París al Pekín entonces aún gobernado
por emperadores.
Los de 2005 eran fieles reproducciones o
restauraciones de los de 1907: dos coches de la vieja marca francesa
Dion Bouton, un Itala italiano (el mismo auto que, pilotado por el
príncipe italiano Scipio Borghese, ganó la carrera en 1907), un Spyker
de Holanda y una moto con sidecar Contal Cycle, fabricada en Francia.
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