La historia francesa coloca a los galos como
un pueblo de revanchas, uno que no se da por vencido sin importar lo
difícil de la encomienda y a pesar de que en algún momento ya hayan
puesto una rodilla en el piso. Ellos son de los que saben levantarse y
el 308 GT es un buen ejemplo de ello.
El segmento de los hatchback deportivos en México está recobrando fuerza y con la versión GT del 308 Peugeot quiere retar a los pesos pesados que actualmente dominan la escena.
Si bien serán el refinamiento y
versatilidad de la plataforma los argumentos con los que la marca ha
salido a presumir su nuevo juguete, lo que a nosotros más nos llamó la
atención fue el toque de suavidad que este auto integra en la mezcla
deportiva, pues no es común que al rugido de una fiera se le pueda
subir y bajar el volumen.
Nuestro primer contacto con este GT fue en la pista de Querétaro, donde el impecable asfalto del trazado nos permitió dar rienda suelta a nuestras bajas pasiones.
Sin embargo, fue hasta que llegó a la
redacción del periódico Excélsior cuando comenzamos a sortear algunos
terrenos irregulares, de esos que abundan en nuestro país, que nos dimos cuenta de las bondades que escondía su suspensión, un auténtico bálsamo para quienes lleguen a considerarlo como un vehículo de todos los días.
Si bien hoy en día la calidad automotriz se ha convertido en un estándar para la mayoría de las marcas, el 308 GT está por encima de la media.
Lo pusimos en marcha y comenzamos, como niños con juguete nuevo en Día de Reyes, a apretar todos los botones. No habíamos avanzado ni dos cuadras cuando el color de nuestro tablero cambió drásticamente. El blanco de los diales literalmente se encendió, con un llamativo color rojo.
Lo que habíamos apretado para provocar tal reacción no era otra cosa que el botón Sport ubicado justo detrás de la palanca de velocidades.
El cuenta revoluciones, en este auto corre
de manera distinta a como lo hace en la mayoría de los autos, pues lo
hace en contra de las manecillas del reloj. Este detalle nos encantó y con el modo Sport activado nos percatamos que la velocidad con la que el motor se revolucionaba era increíble.
La bien conocida máquina de 1.6 litros turbocargada, que ya le conocemos a las propuestas más deportivas de la casa,
a bordo del 308 GT es capaz de desarrollar hasta 205 caballos de
fuerza. Sin embargo, no es sólo la potencia en sí lo que nos satisfizo,
sino la forma en la que los entrega.
Ya con varios kilómetros de experiencia a
bordo de este hatchback y de vuelta de la ciudad de Cuernavaca, con
dirección a la Ciudad de México, las curvas en subida que la carretera
nos ofreció, nos permitieron sentir el empuje del motor.
Bajo cualquier otra circunstancia las
aceleraciones a esa altura (2,500 metros sobre el nivel del mar)
hubieran sido lentas y a muy altas revoluciones. Sin embargo, gracias a
la gestión del turbocargador, a bordo de este bólido éstas fueron más
bien progresivas y contundentes.
El empuje que este vehículo nos ofreció
rodaba las 210 libras pie de torque, desde las ridículas 1,750
revoluciones por minuto. Lo cual con el auto lleno nos fue de mucha
utilidad.
La suavidad de su marcha, definitivamente hizo que la conducción se sintiera cómoda y segura, a pesar de que la velocidad a la que veníamos despeinó a más de uno de los vehículos que intentaron seguirnos el paso.
La gestión de la transmisión manual de seis velocidades
fue una delicia, la caja es tan elástica que nos permitió hacer cambios
casi imperceptibles e incluso llevar el cuentarrevoluciones al límite,
cuando quisimos aprovechar todo el empuje del motor.
En el modo Sport, la dirección se endurece un poco más,
las reacciones del auto son ligeramente más ágiles y las bocinas
intensifican el sonido del motor, lo cual por momentos nos pareció un
poco exagerado, afortunadamente era algo que podíamos solucionar con
sólo tocar un botón.
Llegamos a la ciudad en un abrir y cerrar de ojos, con el corazón acelerado, golpeando fuerte en cada latido.
Una breve detención en la caseta de
cobro nos permitió vincular el teléfono móvil a través del bluetooth en
unos cuantos segundos.
A través de la pantalla táctil
pudimos gestionar el sistema de navegación y nuestra lista de
canciones, con la fiera domada nos metimos a las entrañas de la jungla
de asfalto.
Prueba superada. El regreso de Peugeot a esta categoría de autos deportivos está muy bien presentado
por un auto que no sólo presume líneas más refinadas, sino que también
es capaz de ofrecer una propuesta más salvaje, disponible con sólo
oprimir un botón.
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