Comercial para estos nuevos coches que aún deberán ser aceptados masivamente como una alternativa de compra ante los convencionales.
A
punto de extinguirse, 2012 acumula los primeros lanzamientos de modelos
de propulsión cien por cien eléctrica y los hibridados, con una parte
del sistema a cargo de la energía eléctrica, recargada o producida de
forma autosuficiente por los motores tradicionales o la cinética de las ruedas o los frenos.
Unos
y otros suman ya una oferta formada por medio centenar de modelos -15
de propulsión eléctrica pura y 35 híbridos-, la mayoría de ellos
presentados y lanzados al mercado en 2012. La industria prepara para nuevo 2013 otro tanto.
Los
híbridos son los que, por el momento, acumulan los mejores augurios de
mercado, al menos hasta la aceptación masiva de los eléctricos puros,
por llegar en una decena o veintena de años, plazo que depende de la
particular visión de cada analista de mercado.
Sin embargo los
híbridos, en matriculaciones, con los datos disponibles hasta noviembre,
acusan una leve caída respecto a 2011 (-0,21 %, con 9.407
matriculaciones), como consecuencia de un mes pésimo para esta
alternativa, ya que noviembre cerraba con una caída del 13,13 %, con 721
híbridos registrados.
Sin embargo, los eléctricos, en
incorporación masiva de modelos en este 2012, acumulan un crecimiento
del 38,44 %, aunque solo son 425 los matriculados, tras un noviembre en
el que se matriculaban 41 unidades, un 8,89 % menos que en el mismo mes
de 2011.
2012, hoy ya el viejo año, ha demostrado que la industria
del automóvil, después de varios intentos a través de la historia, ha
formulado su apuesta para el futuro, el vehículo eléctrico.
No
obstante, para llegar a él de forma generalizada aún se deben resolver
resistencias, unas derivadas de la crisis y otras provenientes de
distintos frentes, y desconfianzas, básicamente las creadas por la
limitación de la autonomía debida a la tecnología de las baterías y el
aún elevado precio de este elemento, que encarece estos coches a los
niveles del lujo.
El automóvil de propulsión eléctrica, sin
embargo, sí tiene resueltos los problemas relacionados con los motores,
que hoy ofrecen más de un siglo de I+D y prestaciones sobradas hasta
para hacer coches de carreras.
El vehículo eléctrico tiene tanta historia como el automóvil convencional, pero la poco fortuna
de encajar en un mercado tejido de intereses que ahora empiezan a
diluirse por la necesidad de dar una solución a la contaminación que
está generando un cambio climático y duros problemas para la salud de
los habitantes del Planeta.
El cien por cien eléctrico es el
objetivo final de la industria, bien sea alimentado por baterías
recargadas o con fuentes renovables como el hidrógeno.
Entre
tanto, los fabricantes apuestan por soluciones intermedias en las se
combinan el motor térmico tradicional y el eléctrico, con carburantes de
distinta naturales, como el gasóleo, la gasolina, el autogás o GLP, el
Gas Natural, los alcoholes o productos similares obtenidos de biomasa.
El
objetivo final es la reducción de las emisiones, una cuestión que está
en el debate político y ecologista, centrado en este momento en las de
CO2 (dióxido de carbono), parte responsable, según algunos, del
calentamiento global.
Pero la industria trata de mostrar y
explicar los grandes avances en la casi eliminación de otros gases,
menos conocidos, pero con un fuerte impacto en la salud, como es el caso
de los cancerígenos óxidos de nitrógeno (NOx).
Con el escenario
económico actual y las resistencias a la aceptación de lo que será el
automóvil del futuro, la industria se ha resignado a una marcha lenta y
un horizonte lejano para que la electromovilidad invada las carreteras
del planeta. Al menos este es el cariz de las declaraciones de los
grandes ejecutivos de la industria mundial del automóvil. EFE
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