Por un momento, imagina que vas en tu coche y que el ordenador de viaje,
en lugar de decirte banalidades (como que hace 17 horas que lo
“reseteaste”), te advierte de que el automóvil que circula 100 metros
delante de ti ha detectado que hay hielo en la carretera y, así, puedes
evitar un accidente. Deja de soñar: BMW trabaja para hacer realidad la
comunicación entre vehículos.
Hace poco os hablábamos de los coches que se conducen solos,
una idea casi tan antigua como el automóvil, pero que ahora está en
auge debido a las posibilidades tecnológicas al respecto. Hoy te
desvelamos un proyecto muy real en el que BMW es una de las marcas más implicadas (no es la única: Bosch, Ford y el gobierno alemán, por ejemplo, también participan).
Volvo “abrió la veda” con su proyecto SARTRE: hileras de varios coches, a escasos centímetros de distancia entre sí, siguen a un camión. De esa forma, al vencer menos resistencia aerodinámica,
se economiza mucho combustible. Siempre pensando en la ecología, está
inspirado en las bandadas de patos durante las migraciones.
En el proyecto “sim TD” (safe inteligent mobility),
la interacción no es sólo entre vehículos, sino también entre éstos,
las señales de tráfico y otros elementos cotidianos. Imagina que tu
coche “sabe” que adecuando su velocidad podrá llegar al semáforo justo
cuando se vaya a poner en verde, evitando tener que detenerse por
completo. Esto ya es una realidad en los alrededores de Frankfurt, donde se desarrolla el plan.
En mi opinión, la verdadera genialidad de este programa es que cada vehículo funciona como sensor y emisor
de todo lo que sucede a su alrededor, alertando al resto. Supón que vas
por la carretera y a un camión se le cae parte de la carga al asfalto.
Tu coche lo retransmitiría, informando a los que estén
cerca de que hay un problema en ese punto de la vía; podrían tomar las
precauciones oportunas. Lo mismo ocurriría si hay bancos de niebla, un coche accidentado bloqueando el paso, etc.
Otra de las situaciones que se contemplan tiene como protagonistas a los vehículos en servicio de emergencia. Éstos emiten una señal informando de su trayectoria y velocidad y nuestro coche la capta; así, al
acercarnos a un cruce, el automóvil que conducimos reduce su ritmo
aunque tengamos la preferencia o el semáforo esté en verde. Puede que no
hayas visto u oído la ambulancia o el camión de bomberos, pero tu coche
“sabe” que se acerca y le cede el paso.
BMW ya cuenta con varios prototipos plenamente
funcionales que están realizando pruebas para optimizar estos
dispositivos. En ellas son fundamentales los sistemas de posicionamiento
global (GPS), cada vez más precisos, que empiezan a relacionarse con
otros dispositivos del automóvil. Por ejemplo, otro proyecto que se está
desarrollando se basa en que el ESP pueda recibir información del
navegador. Si nos aproximamos a demasiada velocidad a una curva, el GPS “avisa” al control de estabilidad de que la curva es peligrosa y se prepara para reaccionar, o incluso reduce nuestro ritmo para evitar el accidente.
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