sábado, 5 de noviembre de 2011

Porsche: el auto maldito de James Dean.

No hay un auto con leyenda más insólita; además, lleva la fama de “maldito” consigo.

Hace ya más de 50 años que James Byron Dean perdió la vida en un accidente al volante de su Porsche 550 Spyder, al que apodaba “Little Bastard” (pequeño bastardo). El 30 de septiembre de 1955, Dean chocó contra un Ford Custom Tudor y debido a las heridas que sufrió en el accidente murió de camino al hospital.
Una profesía. El gran actor estadounidense James Dean (un icono de los años 50) era un amante de los autos deportivos y las motos, y la fama y el dinero obtenidos por sus películas le daban los medios para permitírselos. Tras el rodaje de Gigante, James Dean vendió su Porsche convertible 356 blanco para comprarse el exclusivo y caro Porsche 550 Spyder, un superdeportivo ligero concebido exclusivamente para la competición, era un auto extremadamente ligero y esbelto: su motor 1.5 bóxer con doble carburación generaba 110 CV para mover tan sólo 550 kilos de chasis y carrocería de aluminio. Ese vehículo lanzado en 1954, con una velocidad máxima de 225 kilómetros por hora, podría ser el equivalente actual a un Bugatti Veyron.
Días antes del accidente que acabó con su vida, sir Alec Guiness, un amigo, le comentó a Dean que veía en su coche un aspecto siniestro que no inspiraba confianza. Incluso le advirtió: “Si te montas en ese auto te encontrarán muerto en una semana”. Dicho y hecho, siete días después de esa sentencia, James Dean se mató en su 550 Spyder, tal como si de una oscura profecía se tratase. Una funesta coincidencia que ha dado lugar incluso a diferentes mitos y leyendas insólitas en torno al “Little Bastard”.
24 años tenía  James Dean el día que murió tras el volante de su feroz Porsche.
Día fatídico para la estrella. El 30 de septiembre de 1955, James Dean acudía junto a su amigo y mecánico personal Rolf Weutherich a una carrera que se celebraba en Paso de Robles, cerca de la localidad de Salinas, en el estado de California. En la intersección con la Ruta 41 colisionó contra un Ford Tudor conducido por un estudiante. Se cree que ambos autos circulaban con exceso de velocidad, aunque nunca se ha resuelto con certeza quién fue el culpable del accidente. Las heridas sufridas por James Dean, de 24 años, le provocaron la muerte de camino al hospital. Su acompañante pudo contarlo, ya solamente se fracturó un brazo y la clavícula.

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