lunes, 3 de diciembre de 2012

Volkswagen Golf 1.4 TSI 2013.


Muchos podrán ver al Golf como un hatchback promedio y no estarán muy alejados de la verdad. Sinceramente el Golf no revoluciona nada y no propone nada nuevo… ahora. Es importante recordar que el Golf fue el que impuso cuál era el promedio del segmento. El golf sigue siendo quien lleva la pauta y quien decide que es lo mínimo con lo que un hatchback compacto debe cumplir.
En esta sexta generación el Golf sigue siendo la base para incluso otros modelos de la marca que no pertenecen al segmento, como el Jetta y el Beetle.
El interior es un lugar bastante cómodo y los materiales son de muy buena calidad. El ensamble también se siente sólido y seguramente será un auto que se mantenga bien ensamblado después de mucho tiempo. El volante fue una de las cosas que al parecer podrían mejorar; tiene buen agarre y es de buen tamaño, pero se agradecería que tuviera mejor tacto al utilizar un mejor material, sobre todo tomando en cuenta lo bueno que es el volante del GTI.
La posición de manejo es muy buena y sorprendentemente baja, a pesar de esto la visibilidad es muy buena y se puede regular la altura para acomodar los gustos y necesidades de la mayor cantidad de gente posible.
El nivel de equipamiento de nuestra versión era bastante bueno, pero se extrañaban los controles del sistema de audio en el volante. Es extraño que autos más económicos de la misma marca gocen de este equipamiento y en el Golf sea algo opcional, sobre todo cuando la competencia es tan fuerte en el segmento.
Nuestra unidad de prueba tenía el motor cuatro cilindros de 1.4 litros turbo con 160 caballos de fuerza y la caja de cambios manual de 6 velocidades. La entrega de potencia del pequeño motor es bastante buena. Aunque el turbo sufre un poco de retraso, no es tanto como se esperaría en un motor de ese tamaño y con esa potencia, lo que habla muy bien del desarrollo tecnológico de la marca germana en cuanto a turbo compresores.
La caja de cambios tiene buenos recorridos y está bien escalonada, ayudando al motor a ser lo más elástico posible y entregar la mayor cantidad de potencia durante un mayor rango de revoluciones. Cosa necesaria ya que es un motor relativamente pequeño para un auto de este tamaño. Afortunadamente el tamaño no se siente y hace muy buena mancuerna con el Golf, cualquiera podría pensar que es un motor 1.8T, pero este tiene mejor consumo.
El comportamiento dinámico del Golf es muy bueno, no es el mismo que el del GTI, pero eso es perfectamente lógico. La puesta a punto de la suspensión busca un mejor balance entre comodidad y dinamismo, y lo consigue. En las curvas el auto no se siente bastante plano y logra absorber las irregularidades del camino muy bien. Subvira un poco, pero como buen hatchback el eje trasero es fácil de acomodar para mantenernos en el trazado de la curva.
El Golf no reinventa nada porque ya lo hizo una vez, y desde entonces ha marcado la pauta para lo que todos los demás fabricantes deben hacer si quieren entrar al segmento del que este Volkswagen es Rey. El Golf es la muestra que no siempre hay que reinventar las cosas, si se hacen mejor que los demás es suficiente para mantenerse a la cabeza.

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