jueves, 10 de octubre de 2013

Test: Citroën C4 Lounge 2.0 Tendance.

En más de 3000 kilómetros, realizado en una semana, pudimos comprobar las grandes cualidades del espacio interior, la excelente capacidad de baúl y el destacado confort de marcha.



Dentro de la planificación de la vacaciones de invierno con amigos a Las Leñas teníamos que tener en cuenta en que automóvil nos ibamos porque la cantidad de kilómetros, los terrenos para transitar y los diferentes equipajes para cada uno de los cuatro adultos, no son una combinación que sea bienvenida por cualquier vehículo. Las opciones eran un sedán o una pick-up, pero en esta última debiamos dejar los bolsos al aire libre entonces nos definimos por la primera posibilidad, un Citroën C4 Lounge.

Después de cargar comodamente el equipaje en el baúl de 450 litros, salimos a la ruta para recorrer los casi 1200 kilómetros que marcaba el GPS personal -esta versión no equipa de serie el navegador- hasta Las Leñas. La posición de manejo es buena y se encuentra facilmente gracias a las diferentes regulaciones para el volante y la butaca. El conductor también cuenta con una buena visibilidad tanto hacia adelante como hacia atrás.

Producido en Argentina y en China, el Citroën C4 Lounge se desarrolla sobre la plataforma de distancia entre ejes extendida de 2710 centímetros -similar a la generación anterior-. Esta es la razón del habitáculo amplio donde cuatro adultos pueden viajar con total comodidad con un excelente espacio para las rodillas de los ocupantes de las plazas traseras. Asimismo, un adulto promedio de 1,80 metros no tendría que tener dificultades con la altura a pesar del diseño del vehículo. Los quince centímetros de largo que pierde con respecto a la generación anterior se "notan" en el nuevo diseño de la parte trasera.

Tanto es el confort interior que la versión Tendance -una de las más económicas- ofrece en su equipamiento de serie los apoyabrazos centrales delantero y trasero, la apertura de baul y de tanque de combustible desde el interior, el climatizador automático bi-zona y el control de velocidad crucero que, a nuestro gusto, es uno de los sistemas más cómodos para largos viajes en ruta.

Verdaderamente salir de la ciudad da placer y más si se viaja en un auto con tanto bienestar de marcha como el Citroën C4 Lounge. A diferencia del Peugeot 408 -posee la misma plataforma-, este producto cuenta con una configuración de suspensión adaptada al confort, lo que hace que el vehículo no marque tanto las imperfecciones del camino. Esta característica posibilita que en ciudad tenga un desempeño placentero y en ruta -a altas velocidades- parece ir "rozando el piso".

Tantos kilómetros recorrimos que el deternerse en las estaciones de servicio para recargar el combustible se volvió una constante. El motor naftero de 2.0 litros y 143 caballos de potencia tiene un buen consumo si no se supera la velocidad permitida de ruta, desarollando los cien kilómetros con poco menos de ocho litros. En ciudad es donde más pena esta unidad porque en la misma distancia está por encima de los once litros. Estos números salieron de la combinación con la caja manual de cinco marchas con pasos suaves y una quinta velocidad algo larga.

La gran novedad del Citroën C4 Lounge es que en las ocho versiones que se comercializan en el mercado nacional hay tres tipos de impulsores. La testeada por Conduciendo.com, la histórica THP naftera de 1.6 litros de 163 CV, y una HDi 1.6 de 115 CV. Muchas variantes para los clientes que buscan "su" motorización preferida.

A diferencia de la tendencia de diseño y construcción de los modelos anteriores, el Citroën C4 Lounge abandona el volante de centro fijo y, ahora, equipa todos los comandos satelitales a la altura de los pulgares. La calidad de las terminaciones y los encastres es en general buena. El uso de plásticos blandos en algunas zonas hace que el "vehículo" sea más agradables al tacto.

Siguiendo en el interior, el panel y la consola central tienen una leve orientación hacia el conductor. El tablero de instrumentos combina algunos indicadores analógicos -no muy visibles- con otros digitales. Donde tuvimos algunas dificultades fue en que el vehículo no indica la temperatura del motor y al estar en una zona extremadamente fría, por la mañana debíamos esperar un buen tiempo hasta asegurarnos que había entrado en temperatura y así no dañar nada mecánico. La buena noticia es que abandonó el tablero central al que nunca nos pudimos acostumbrar.

Durante los diez días del viaje tuvimos que transitar por caminos totalmente diferentes: asfalto seco y mojado, ripio y hasta nieve en algunos momentos. El sensor automático de lluvia nos sirvió en trayectos donde ya había llovido y cuando nos acercamos a un vehículo que levantaba un poco de agua se conectaba para tener una mejor visión al momento de sobrepasarlo.

La seguridad está en la media de los vehículos de entrada de gama del segmento. Con airbags para conductor y acompañante, sistema de frenos ABS (antibloqueo) con EBD (distribución de la fuerza del frenado electrónicamente) y BAS (asistencia al frenado de emergencia), cinturones inerciales en todas las plazas, dirección asistida adaptable a la velocidad, faros antiniebla delanteros y traseros, asistente sonoro para el estacionamiento y ganchos ISOFIX para ajustar silla de niños, tiene un caudal de equipamiento importante, aunque nos gustaría que también ofrezca el control de tracción de serie.

A pesar de ello, este modelo se vende en ocho versiones diferentes donde podemos encontrar todavía más detalles de confort -como un GPS- y un equipo de seguridad de alto nivel para un sedán de marca generalista producido en el país.

En definitiva, el Citroën C4 Lounge ha dado un salto de calidad tremendo con respecto a su generación anterior. De ser un sedán derivado de un hatchback se transformó en un sedán de raiz con un diseño bonito y manteniendo todas las dimensiones y comodidades del interior. Confort de marcha y habitabilidad son sus mejores cualidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario