Los automóviles voladores, tal como salidos de la película de Luc Besson “El quinto elemento”, podrían atravesar el cielo de las ciudades francesas en un futuro próximo... y no será solo gracias a la ciencia ficción de la pantalla grande.
Un ex ingeniero aeronáutico retirado de Toulouse, en el sur de Francia, acaba de recibir un fondo de un millón de euros de parte del ministerio de Industria y la Delegación General de Armas (DGA) para poner a punto el proyecto del Xplorair, un automóvil volador.
El automóvil del futuro tiene la forma de una nave espacial monoposto, pero pronto se desarrollará también un modelo de dos y cuatro plazas.
Entre sus particularidades se encuentra el despegue vertical, gracias a pequeños termorreactores, es decir motores a reactor incorporados en las alas, que soplan sobre una aleta móvil.
Utilizará además biocarburantes a base de altas, que permitirán economizar hasta un 20 por ciento de energía. El vehículo volador tendrá una autonomía de 500 kilómetros, volará a una altura de 2.500 metros y a una velocidad de 200 kilómetros por hora.
En cuanto al precio, será decididamente más económico que un avión: unos 50.000 euros.
“Gracias a las subvenciones que recibí podré financiar mi proyecto de termorreactores, que constituye una novedad tecnológica importante en el ámbito de la aeronáutica” , dijo Michel Aguilar, inventor de Xplorair, al diario Le Parisien.
“Existe un proyecto semejante en Estados Unidos -apuntó- pero ese automóvil está programado para despegar en horizontal, como un avión, en tanto el mío despega en vertical”. “La idea es despegar sin pistas de aterrizaje: en la práctica, directamente desde el jardín de la propia casa”.
Aguilar piensa en el 2050, cuando la circulación terrestre ya será imposible por el exceso de tránsito y harán falta decenas de niveles paralelos, como en “El quinto elemento”.
Según su creador, el primer prototipo de Xplorair debería estar listo para el 2015. El año siguiente será testeado, y el primer vehículo llegará entonces al mercado entre 2017 y 2018: “Es un sueño de cuando era niño -concluyó el ingeniero- que comienza a tomar forma”.
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