jueves, 17 de noviembre de 2011

Subaru Impreza WRX STI, un cúmulo de sensaciones.

En el mundo de las competencias de autos, una de las especialidades más espectaculares es el Rally, donde los pilotos exhiben grandes capacidades de manejo en terrenos como tierra, nieve, asfalto, pero todo en tramos carreteros que varían a cada momento. Existen muchos autos que con tradición en el rallismo, Y Subaru es uno de ellos, particularmente en el caso del Impreza WRX STI, pensado para el manejo deportivo.

Si hablamos de diseño, el Subaru mantiene todavía esa esencia japonesa de formas extrañas, que no ha perdido en el caso particular del Impreza, dejando a lado la manía de quedar bien con el mercado norteamericano como en el caso de Honda y Toyota. La forma del STI al frente es agresiva y afilada y se complementa por la fascia que se adorna con los faros para niebla, tomas de aire y deflectores laterales, por supuesto no puede pasar desapercibida la toma del cofre y los rines calzados por llantas de perfil bajo.

La parte trasera no se parece a nada, desde el difusor y el juego de escapes hasta el prominente alerón que ya es una firma del modelo. El interior del Impreza es lo más reprochable del modelo ya que luego de desembolsar aproximadamente $600.000 pesos esperamos mejores acabados, materiales, y un diseño, más actual en la consola central así como sistemas de entretenimiento y conectividad.

Posiblemente lo que estemos pagando es la experiencia de manejo, la cual comienza desde el puesto de mando, con una posición baja, y unos asientos tipo cubo que brindan una excelente sujeción lateral y lumbar, algo como lo que pasa en Lotus, que los asientos tienen pocas o nulas opciones de moverse ya que la marca asegura que es la postura de manejo ideal, esto ofrece Subaru, aunque con un poco más de opción de personalización.

Mecánicamente ofrece tracción en las cuatro ruedas con una repartición de potencia normal del 25% en cada llanta, lo cual varía dependiendo del modo de manejo que se tenga seleccionado, el motor es el reconocido Boxer de cilindros opuestos que genera 305 hp y 290 lb-pie de par motor, suena a poco caballaje en realidad, pero no lo es en la práctica cuando se aprovecha para salir rápidamente de las curvas o retomar el paso en terracería.

Antes de pasar a la parte del manejo, tengo que contarles un poco del motor Boxer y 'sus 4 cilindros opuestos', como sabemos los autos tienen máquinas de 12, 8, 6, 5, 4 y 2 cilindros que en general son verticales y los podemos ver como un bloque al abrir el cofre, en el caso del Boxer que también utiliza Porsche, son como una 'H acostada' paralela al piso, ¿de qué sirve?, es simple en realidad, ya que entre más altura tenga un auto menos será el manejo dinámico que ofrezca, por ello el motor de Subaru que se encuentra casi pegado al piso baja el centro de gravedad del conjunto haciendo un manejo más preciso , además de ahorrar espacio, peso y componentes delanteros.

El manejo comenzó en la Ciudad de México con todos sus baches, topes, caminos casi lunares, y el eslalon diario que representa el transporte público. Es un hecho que todo auto deportivo que se jacte de serlo es duro, y nos hace sentir toda imperfección del camino, y el Impreza también lo es, pero en ningún momento 'raspa' al pasar un tope y no se siente tan 'brincón' como otros del segmento.

La respuesta del motor es algo a lo que debemos acostumbrarnos en conjunto con el clutch con cierta similitud al de uno de competencia al necesitar estar revolucionado para hacer el cambio o realizarlo suavemente en el manejo citadino. Pero la ciudad no es para el STI, así que buscamos algún lugar donde demostrara que es un auto de Rally, por lo que nos dimos una vuelta por las inmediaciones del Ajusco.

El recorrido fue algo complicado en la zona de periférico entre primera, segunda, tercera y de vez en cuando cuarta velocidad, al comenzar a subir los tramos sinuosos hacían pedir más al STI, jugando con las velocidades, donde podíamos hacer los cambios rápidamente para salir de las cerradas curvas sin perder velocidad ni revoluciones, los frenos jamás disminuyeron su capacidad con todo y que fueron por así decirlo... torturados. La dirección firme contribuía al manejo apuntando hacia donde nuestra mirada quería ir.

Por fin llegamos a los parajes del Valle del Tezontle, donde comenzamos a jugar con el bloqueo del diferencial y desconectamos el control de tracción, ese era su hábitat natural y fue toda una experiencia de manejo, primero acostumbrarnos a la tracción y respuesta y luego no querer bajarnos. El manejo en alta velocidad en zonas de terracería era sólido apenas dejando sentir movimientos de derrape, y al frenar el auto mantenía la línea de trazo, hasta el momento donde abusábamos de la dirección para sentirnos pilotos de rally dejar ir el auto de lado, para recuperarlo fácilmente en la siguiente recta.

Entre más vueltas dimos la confianza llegó, pero por desgracia no somos pilotos del WRC (World Rally Championship) y el auto podía seguir más rápido, pero nosotros no. El Impreza ofrece una conducción deportiva y emocional, la tracción en las cuatro ruedas puede ayudarnos mucho en situaciones de peligro o de diversión, por ello puede ser disfrutado por conductores de cualquier nivel, que puedan pagar algo así.

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