sábado, 20 de agosto de 2011

Autos de película, sueños de millones.

Las producciones de Hollywood no sólo inmortalizan a los actores, sino también a sus coches.
Más de uno, seguramente, se ha dejado impresionar por la forma, color y poder de los automóviles de las películas. Desde el Aston Martin de James Bond hasta el simpático escarabajo Wolkswagen Herbie, los coches de Hollywood, más que un invento, son una fantasía latente en la mente de los aficionados a los motores.
Sueños sobre ruedas. En 1989, Tim Burton redefinió la historia del hombre murciélago que salía a la caza de delincuentes y mafiosos en Ciudad Gótica. ¿Y cómo lo hacía? Nada más y nada menos que en el Batimóvil, objeto de deseo de grandes y pequeños que soñaban con poseer un bólido como el de Bruce Wayne, el cual fue remodelado y acondicionado a las necesidades que el superhéroe requería conforme pasaban los años y las versiones de la saga, a diferencia del autito en el que viajaba Adam West en la versión televisiva de los años 60.
Asimismo, otro superhéroe, pero más de carne y hueso, y de oficio agente secreto, James Bond 007, demostró en cada producción que el automóvil era el mejor accesorio en su lucha por acabar con las fechorías de los villanos.
Otros héroes un poco más relajados y cómicos fueron los Dukes de Hazzard, quienes a bordo de un Dodge Charger 1969, de color rojizo y estampado con la bandera del ejército confederado en el techo, recorrían sus aventuras.
Y si se habla de parodias, ninguna como la de Austin Powers y su particular Shaguar (Jaguar) pintado con la bandera británica en toda su extensión.
Por otra parte, algunas caricaturas también tuvieron vehículos dignos de una réplica real en las versiones adaptadas a la pantalla grande.
Scooby Doo y sus amigos se metían en problemas y salían de ellos montados en una camioneta decorada con motivos psicodélicos denominada The mistery machine.
En épocas prehistóricas, según cuenta la historieta animada, los habitantes de Bedrock (Piedradura), viajaban dentro de un troncomóvil, el cual era activado con los pies descalzos de sus propietarios.
En contraparte, Meteorito, el héroe corredor de Speed Racer, hacía de las suyas conduciendo un auto de carrera conocido como The match five.
No cabe duda de que un carro concebido para ser la herramienta de trabajo de los fuertes de la películas sería en la vida real el complemento ideal de una fantasía.
500 mil dólares fue el precio base para la venta del Batmobile de la cinta Batman de Tim Burton.

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