sábado, 23 de julio de 2011

Autos clásicos se subastaron en TC Televisión.

Un total de 18 martillazos se escucharon en la subasta de autos clásicos que se realizó ayer, en Guayaquil, en un auditorio de TC Televisión. Eran 24 vehículos y una moto que subastaba el Fideicomiso No Más Impunidad.
Se trataba de automotores clásicos, fabricados desde 1928, y que fueron incautados a los hermanos Isaías Dassum, ex accionistas de Filanbanco.
Cada martillazo era sinónimo de una venta. Se declaró desierta la compra de seis vehículos y la moto. Más de 70 interesados de Guayaquil, Cañar, Ambato y otras ciudades de la Sierra compitieron para llevarse una unidad.
La puja fue muy competitiva. Las paletas de los usuarios se alzaban cada segundo, lo que significaba que nadie quería quedarse sin el auto de su preferencia.
Las paletas servían para que los clientes propusieran la oferta económica más alta, pero en cuestión de segundos variaba ya que otro interesado la alzaba. Más de 100 veces, Rolando Campuzano alzó su paleta número 11 pues llegó con la meta de llevarse cuatro autos. “Tuve mucha suerte y me llevé los cuatro. Soy coleccionista y hay que reconocer que fue una subasta muy competitiva ya que los carros se vendieron por el doble de su precio base”.
La pelea más estrecha se tuvo cuando arrancó la oferta por el automóvil Ford de color beige y fabricado en 1929. Abrió la subasta con USD 12 800 pero rápidamente las paletas empezaron a levantarse y la puja se multiplicó. Cuando la subasta llegó a los USD 25 000 y el martillo se alistaba a sonar, la sonrisa de Campuzano se terminó. Una paleta se levantó y ofreció USD 26 000.
Campuzano no lo pensó mucho y ofreció USD 27 000. La pelea seguía y solo hasta llegar a USD 29 000 la tranquilidad llegó a Campuzano. La misma historia se repitió con otros tres autos, por los que el comprador pagó entre USD 25 000 y 28 000. “Son mis primeros clásicos hechos antes de los años 40. Tengo ya tres carros pero son de los años 50, a los que tuve que restaurarlos. Con estos completo mi colección”.
Pero el vehículo más valorado que se generó en la subasta fue un Porsche blanco, de placas GDF-133, del año 1974 que empezó con una base de USD 30 200. Dos interesados pujaron cada segundo hasta llegar a un precio de USD 67 500. El ganador fue Ariosto Úrgiles, quien llegó de Cañar para comprárselo. “Tengo otros carritos clásicos pero de menor valor. No siempre hay subastas que vendan un Porche y por eso viajé hasta acá”.
Cada uno de los interesados tuvo que entregar como garantía el 10% del valor base de los bienes para poder participar. Esteban Molina, martillador público, dijo que los que ganaron la subasta deberán presentarse el próximo martes en la Corporación Financiera Nacional para cancelar los valores de los autos. “Ahí se entregarán los documentos que legalizan la propiedad y para realizar los trámites de matriculación”.
Para los usuarios que no adquirieron los vehículos, se les devolverá el valor de la garantía.
Molina sostuvo que la subasta generó cerca de USD 600 000 y que los autos y la moto que no se vendieron entrarán a otra subasta pero con sobres cerrados. “Cada interesado hará su oferta”.

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