Tres hombres fueron apresados en los barrios porteños de Barracas y de San Cristóbal bajo la acusación de integrar una banda dedicada al robo de vehículos de alta gama exhibidos en concesionarias de la Capital Federal. Fuentes policiales señalaron que la organización de la cual formaban parte los detenidos llegó a asaltar al menos seis locales de venta de autos y camionetas 4x4 y vendió en países limítrofes varios de los vehículos sustraídos.
Los detenidos fueron detenidos el último fin de semana por agentes de la División Sustracción de Automotores de la Policía Federal, quienes allanaron dos viviendas, una de ellas ubicada en el barrio porteño de Barracas, y la otra en San Cristóbal. Durante los operativos secuestraron además varias armas de fuego, computadoras, agendas, celulares y tres autos: un Chevrolet Vectra, un Volkswagen New Beetle y un Fiat Palio.
La pesquisa para dar con la banda comenzó hace diez meses tras el asalto a seis concesionarias de autos último modelo de Cubas al 300, en Villa Pueyrredón; Donado al 1000, de Villa Urquiza; Julián Alvarez al 1800, de Palermo, y las restantes en los barrios de Villa Ortúzar, Parque Avellaneda y Boedo.
Todo un estilo. Los detectives establecieron durante la investigación que, para concretar los atracos, los delincuentes elegían la concesionaria donde iban a cometer el robo para de esa manera estudiar los movimientos de los empleados de los locales y si contaban con custodios o cámaras de seguridad. Además, los malhechores calculaban las posibles vías de escape tras los asaltos y confeccionaban patentes de autos apócrifas para colocarlas a los coches sustraídos en el momento del robo y así poder fugar con los rodados sin llamar la atención de la policía.
Para ello, ingresaban a los locales en horas de la mañana, a pocos minutos de que el comercio abriera las puertas al público y simulaban estar interesados en algún auto o camioneta para de esa manera lograr el estudio del lugar. Luego volvían en otra oportunidad para supuestamente concretar la operación de la compra del coche, aunque en esa ocasión esperaban el momento y cometían el asalto a mano armada.
Los ladrones amedrentaban a los empleados de las concesionarias, a quienes maniataban y amordazaban, para luego llevarlos a los baños u oficinas donde los dejaban encerrados. Luego cometían el robo de los coches en el menor tiempo posible. Después los escondían en garajes o depósitos del conurbano bonaerense donde los hacían “enfriar”, es decir que los dejaban un determinado tiempo en esos lugares hasta suponer que la policía ya no estaba tras sus pasos y que los autos ya no eran buscados intensamente por los detectives.
Según se indicó, los ladrones comercializaron varios de los coches y camionetas robados en países limítrofes, por lo cual los agentes de Sustracción de Automotores continuaban con la pesquisa para determinar la maniobra que usaban para la venta y cuántos eran en total los miembros de la banda. (DyN)
Los detenidos fueron detenidos el último fin de semana por agentes de la División Sustracción de Automotores de la Policía Federal, quienes allanaron dos viviendas, una de ellas ubicada en el barrio porteño de Barracas, y la otra en San Cristóbal. Durante los operativos secuestraron además varias armas de fuego, computadoras, agendas, celulares y tres autos: un Chevrolet Vectra, un Volkswagen New Beetle y un Fiat Palio.
La pesquisa para dar con la banda comenzó hace diez meses tras el asalto a seis concesionarias de autos último modelo de Cubas al 300, en Villa Pueyrredón; Donado al 1000, de Villa Urquiza; Julián Alvarez al 1800, de Palermo, y las restantes en los barrios de Villa Ortúzar, Parque Avellaneda y Boedo.
Todo un estilo. Los detectives establecieron durante la investigación que, para concretar los atracos, los delincuentes elegían la concesionaria donde iban a cometer el robo para de esa manera estudiar los movimientos de los empleados de los locales y si contaban con custodios o cámaras de seguridad. Además, los malhechores calculaban las posibles vías de escape tras los asaltos y confeccionaban patentes de autos apócrifas para colocarlas a los coches sustraídos en el momento del robo y así poder fugar con los rodados sin llamar la atención de la policía.
Para ello, ingresaban a los locales en horas de la mañana, a pocos minutos de que el comercio abriera las puertas al público y simulaban estar interesados en algún auto o camioneta para de esa manera lograr el estudio del lugar. Luego volvían en otra oportunidad para supuestamente concretar la operación de la compra del coche, aunque en esa ocasión esperaban el momento y cometían el asalto a mano armada.
Los ladrones amedrentaban a los empleados de las concesionarias, a quienes maniataban y amordazaban, para luego llevarlos a los baños u oficinas donde los dejaban encerrados. Luego cometían el robo de los coches en el menor tiempo posible. Después los escondían en garajes o depósitos del conurbano bonaerense donde los hacían “enfriar”, es decir que los dejaban un determinado tiempo en esos lugares hasta suponer que la policía ya no estaba tras sus pasos y que los autos ya no eran buscados intensamente por los detectives.
Según se indicó, los ladrones comercializaron varios de los coches y camionetas robados en países limítrofes, por lo cual los agentes de Sustracción de Automotores continuaban con la pesquisa para determinar la maniobra que usaban para la venta y cuántos eran en total los miembros de la banda. (DyN)
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