La conjunción del diseño con la tecnología aplicada a lo largo de todo el auto hacen de este nuevo Mustang un verdadero Muscle Car moderno que pone a temblar no sólo a los otros autos de su segmento, sino también a todos los deportivos de su rango. En definitiva, este es el mejor Mustang GT que se ha fabricado en los últimos 40 años.
El Mustang es uno de los autos deportivos americanos preferidos por los consumidores. Pero incluso durante los 60 y 70 siempre fue un auto con menos potencia y opciones de equipamiento que muchos de sus competidores, claro que también era más ligero y se sentía más ágil, pero ese nunca fue el punto en un Muscle Car.
A pesar de esto las ventas del Mustang siempre han sido buenas e incluso hubo algunos años en el que fue el único que quedó de pie. Todo eso cambió cuando Dodge revivió al Challenger y Chevrolet le dio nueva vida al Camaro. Ambos coches eran la reinterpretación moderna de un segmento que había básicamente desaparecido años atrás.

El Challenger y el Camaro regresaron con enormes motores de 425 caballos para sus versiones más deportivas, mientras que el Mustang tenía sólo 315, poniéndose en franca desventaja frente a sus competidores, algo que Ford no podía permitir.
Es por eso que para el modelo 2011 el Mustang GT cuenta con un motor V8 de 5.0 litros con 412 caballos de fuerza. Este nuevo motor cuenta con apertura de válvulas variable y es de aluminio, por lo que pesa lo menos posible, también está colocado lo más atrás y abajo posible dentro del cofre para lograr mejor distribución de peso.
Esto se traduce en un auto que se siente ágil con una dirección que responde bastante bien y ataca de manera rápida y efectiva las curvas. El frente apunta bastante bien con el giro del volante y no se siente forzado al entrar a la curva. Sin embargo la salida es otro tema completamente diferente.
Durante la historia del Mustang, la elección para la suspensión ha sido una de barra rígida en el eje trasero. A pesar de los avances de la tecnología Ford sigue utilizando esta tecnología argumentando que así es como se debe sentir un Mustang cuando se maneja.

Cuando se tiene suspensión independiente si una llanta pasa sobre alguna imperfección sólo esa llanta es afectada, con la barra rígida todo el eje trasero lo resiente.
La respuesta del motor es excelente y se siente el sistema TiVCT de apertura de válvulas variable cuando llegamos al rango medio/alto del tacómetro. Nuestra versión de prueba venía equipada con la caja automática de 6 velocidades que no cuenta con ningún tipo de activación manual y aunque suene extraño es algo que se agradece.

El diseño interior es algo controversial. Los asientos son bastante cómodos y la posición de manejo es muy buena a pesar del enorme cofre. La visibilidad al exterior es muy aceptable y el habitáculo más que sentirse apretado se siente envolvente, algo bueno en un deportivo… siempre y cuando vayas adelante ya que las plazas traseras tienen muy poco espacio y aunque pueden acomodar dos adultos, los viajes largos están fuera de la ecuación.
El techo transparente de nuestra versión de prueba ayuda bastante para no sentirse muy apretado y se agradece la visibilidad extra sin el inconveniente del clima.
El volante y los relojes tienen un estilo retro muy agradable, el volante se siente un poco grande pero tiene muy buen agarre. La tipografía retro de los relojes es de fácil lectura y se pueden cambiar de muchos colores para satisfacer el gusto de cualquiera.
El problema principal con el interior es que la consola central no tiene nada que ver con el auto. El diseño es bastante blando y genérico. Los botones son completamente normales, es la consola central que uno esperaría encontrar en un Focus de hace algunos años. Tiene todos los comando bien acomodados y su uso es intuitivo, su funcionalidad no está en duda, pero es algo decepcionante subirse a un auto con todo este estilo agresivo y retro que nos llena de emoción y nostalgia para encontrar una consola central tan simple que resalta. Lo peor es que sus botones prenden en azul y no se puede cambiar el color, lo que convierte en completamente inútil la opción de cambiar el color del tablero y las luces interiores para aquellos que les gusta que las cosas combinen.
El diseño exterior definitivamente es uno de sus puntos más fuertes, sólo hay que verlo para entender qué clase de auto es. Lo único que puedo decir es que es el Mustang GT más bonito que han hecho en los últimos 40 años gracias a la manera en la que logra compaginar lo clásico con lo moderno para obtener como resultado un estilo retro que funciona a la perfección.
La conjunción del diseño con la tecnología aplicada a lo largo de todo el auto hacen de este nuevo Mustang un verdadero Muscle Car moderno que pone a temblar no sólo a los otros autos de su segmento, sino también a todos los deportivos de su rango.
En definitiva, este es el mejor Mustang GT que se ha fabricado en los últimos 40 años.
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