Quedan poco más de dos semanas para que Miranda celebre su feria más tradicional, , la del Ángel, aunque cada vez con menos auge. Una jornada en la que la ciudad se anima gracias al ganado que ocupa El Ferial y a la exposición de coches que toma el centro, la calle de La Estación. Una cita esta última que aún no está confirmada.
Será hoy, a última hora de la tarde, cuando los concesionarios decidan si van a salir o no en esta edición y cuándo lo van a hacer, si el 1 de marzo, jueves, o el fin de semana. Lo que parece seguro es que para que se repita un año más la exhibición deberán apostar por ella media docena de marcas «De otro modo no merece la pena, la zona quedaría vacía y triste», apuntó Juan Darrosez.
El año pasado estuvieron presenten en la vía pública alrededor de 130 vehículos de 9 concesionarios de la ciudad. Fueron los encargados de dar forma a la XVIII Feria del Automóvil que permaneció abierta al público durante toda la jornada del día 1, de las 10.00 a las 20.00 horas.
Diez horas de exhibición que acarrean un coste económico para los participantes. «El gasto económico es importante, sobre todo cuando se hace coincidir con un fin de semana. Entonces han desembolsado más de 3.000 euros. Menor es el importe si se concentra en un único día. Se evita, por ejemplo, tener que contar con vigilantes de seguridad y pagar más horas extras a los trabajadores que van a estar en la calle, aunque se mantiene el dinero para gasolina, preparar los vehículos, lavarlos... «Supone mucho trabajo, aunque lo hemos hecho siempre y se puede decir que estamos acostumbrados».
Además, tienen en contra otro elemento con el que es muy difícil luchar: el tiempo. «Siempre hace malo. Es tradición», ironizó. Y es que para el portavoz del sector dentro de la FAE eso hace que la afluencia de público sea mucho menor de lo que se sería en una jornada con una meteorología más benigna.
Y es que aunque la feria no es un lugar donde se cierren acuerdos o se lleguen a vender coches, si que es un buen sitio para mostrar lo que cada uno tiene y tratar de captar posibles clientes que luego se acerquen al concesionario. «Es lo lógico. Ahora todo está informatizado y en la calle no puedes ofrecer toda la información exacta».
Algo hay que hacer, porque tienen claro que estos primeros meses de 2012 van a ser complicados. Eso sí confían en que se confirmen las perspectivas de futuro que maneja el sector y las ventas acaben creciendo un 6% a lo largo del año. «Esas son las previsiones y ojalá se cumplan. Esperaremos a ver lo que pasa», concluyó.
Volver a alcanzar los números de hace apenas tres ejercicios, cuando se matriculaban unos 120 al mes, les costará años. Son conscientes de ello. Lo que esperan es no tardar demasiado en llegar estar entre 60 y 70 al mes, sumadas todas las operaciones de los concesionarios de la ciudad. «Sería lo lógico y unas marcas un poco dignas para todos». De otro modo, mantenerse mucho tiempo será imposible.
Además, cada vez son menos los clientes que consiguen captar de localidades del entorno. Los compradores llegados de Álava han descendido notablemente. Y es que en Vitoria, los concesionarios también están «muy agresivos» y cada vez nos cuesta más vender coches allí. «Se siguen haciendo operaciones, pero cada vez es más complicado. De La Rioja y del resto del País Vasco siempre cae algo, pero muy poquito», reconoció.
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