miércoles, 29 de febrero de 2012

Peugeot 308CC a prueba.

Un auto convertible es como un tipo metrosexual que gusta verse bien y estar a la moda, llamar la atención y al mismo tiempo ser displicente con los demás, por ello un auto así necesita circular por grandes valles llenos de escenarios verdes, la playa, caminos montañosos, atardeceres y amaneceres que permitan ver a los ocupantes el firmamento mientras nuestro cabello vuela libremente.

Pero en el mundo real los autos convertibles tienen mayor demanda en lugares de las características señaladas y no en una gran ciudad, por lo que para la prueba de manejo que tuvimos decidimos traer el 308CC como auto de diario y salir un día hacía los Arcos del Sitio, Tepotzotlán, dándonos un mayor escenario para disfrutar el techo duro guardado.

En las calles el diseño del 308CC llama la atención, los largos faros, el tamaño lateral, la altura, el color que nos tocó también era atractivo un blanco nacarado que se veía muy bien; en la parte trasera un diseño compacto que contrasta el deflector inferior que tenía más utilidad visual que mecánica, y claro los largos espacios de vidrios tanto laterales como frontal.

Al interior es realmente agradable y no por los materiales que son buenos sino por el tipo de asientos que brindan un excelente agarre lateral (aunque les falta lumbar) y con todos los elementos de comodidad al alcance de la mano, nos hubiera gustado manejar uno manual pero nos tocó el automático que es muy bueno pero siempre nos quedamos con la sensación de querer tener el control total del auto.

En la ciudad el manejo es agradable y suave ya que el motor turbo 1.6 litros de 140hp que puede sonar a poco pero el par motor es de 240 Nm que brinda una buena aceleración y recuperación de velocidad, con todo y que el auto es algo pesado pero no es un problema mayor. A caja de cambios automática (tiptronic) es apenas de 4 marchas un campo en el cual debería mejorar ya que podría tener mejor rendimiento y aceleración con el mismo motor.

Las dimensiones del auto son grandes pero la construcción ovalada y los espacios con vidrio permiten una buena vista periférica, así que el tránsito diario si bien no era el mejor vehículo para movernos fluidamente nos daba comodidad. La caja automática nos hacía olvidar el tortuoso proceso de meter clutch, primera y segunda y luego deteneros.

El camino hacia Tepotzotlán es rápido aunque tuvimos que pasar por las zonas donde transitan muchos camiones de carga para luego pasar por un camino empedrado el cual nos dejó sentir la puesta a punto de la suspensión que si bien es firme no deja pasar muchas vibraciones al interior. Pero también aquí comenzaron nuestros problemas con los topes, ya que el 308CC es ancho y bajo además de tener una distancia entre ejes larga por lo que los malos caminos fueron una tortura que teníamos que pasar muy lento con la presión de los cláxones de los autos que veían atrás.

Pasando Tepotzotlán seguía un recorrido de unos cuantos kilómetros el cual es medianamente sinuoso pero parecía sacado de algún paraje lunar lleno de cráteres y tierra, de entrada sirvió para sentir la dirección del auto que apuntaba perfectamente a donde viéramos paso, y los sistemas de ayuda como el control de tracción que evitaba que perdiéramos trayectoria cuando las llantas tocaban las zonas de tierra.

En ese punto ya habíamos bajado el techo, el cual quedaba por arriba de la línea de la cabeza lo cual no siempre es así en los convertibles y creaba un buen rompimiento aerodinámico que evitaba ruido excesivo al interior, incluso bajando los vidrios el sonido y aire eran aceptables.

Fue una experiencia agradable, divertida y llena de libertad el pasear en el 308CC, además el consumo de combustible no es tan elevado en el manejo cotidiano o carretero siempre y cuando no llevemos siempre el acelerador a fondo.

Si buscas un vehículo para 'dominguear' o salir a carretera o salir con tus amigos o pareja en plan de fiesta el 308CC es una buena opción.

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