lunes, 20 de agosto de 2012

El día que Fangio“corrió” por las rutas salteñas.

Recién comenzaba el mes de marzo del año 1960. Bernardino Biella estaba ejerciendo su segundo año de gobierno y Juan Manuel Fangio ya era el quíntuple campeón mundial de automovilismo. 

El viaje hasta Jujuy se hizo por el camino de cornisa para que Fangio apreciara la belleza del paisaje que rodea a dicho camino.
Como se recordará, su escudería era la de los automóviles de fabricación alemana, Mercedes Benz.
Fue por esos días, cuando al entonces gobernador Biella lo sorprendió gratamente su secretario privado, Juan Gonzalez Moreno, anunciándole que Juan Manuel Fangio, de paso por Salta, se encontraba en la casa de Gobierno, acompañado por una delegación del Auto Club de Salta, integrada por Roberto Romero, Rafael Gonzalez Giménez y otros, con el objeto de presentarle sus saludos.
Inmediatamente el gobernador Biella hizo llamar al Ministro de Gobierno, Julio Barbarán Alvarado y, en su compañía, lo recibió departiendo amablemente con el quíntuple campeón del mundo y las autoridades del Auto Club Salta.
En la conversación surgió que Fangio pensaba dirigirse a hacer lo propio con el entonces gobernador de la provincia de Jujuy Dr. Horacio Guzmán y, en ese momento, el quíntuple campeón mundial, en un gesto amigable hacia el gobernador Bernardino Biella, le propuso que lo acompañara a la vecina provincia.
El Gobernador le contestó que con mucho gusto lo acompañaría, pero que no podría ser en autos del Gobierno, que todavía eran los antiguos coches Chevrolet 51 que, por existir un racionamiento de cubiertas en el país, estaban malos de cubiertas (tiempo más tarde Biella renovó su flota automotriz con los famosos coches Kaiser Carabella, que comenzaron a fabricarse en la Argentina gracias a la política desarrollista encarada por el entonces presidente Arturo Frondizi).
Uno de los dirigentes del automovilismo salteño intervino entonces en la conversación, poniendo a su disposición su automóvil que -según él- tenía las cubiertas en condiciones, lo que fue aceptado de buen grado por Juan Manuel Fangio, con la condición de conducirlo él personalmente. El gobernador Biella aceptó entonces la invitación del quíntuple campeón mundial de acompañarlo a Jujuy, sugiriéndole ir por el camino de cornisas que nace en Vaqueros, para que el distinguido visitante apreciara la belleza del paisaje que rodea a dicho camino, y así se hizo.
Partieron después de almuerzo, comunicándole previamente a Guzmán la visita de Fangio, en compañía de su amigo el gobernador de Salta, lo cual este aceptó cálida y entusiastamente.

En una de las curvas más cerradas, sintieron el reventón de una de las ruedas delanteras. Tras dominar el auto, Fangio la cambió personalmente.
Se suponía que el dirigente del Auto Club, que facilitó a Fangio su vehículo, lo tenía en condiciones, incluyendo sus cubiertas, por lo que partieron confiados.
Como se sabe, dicho camino está plagado de curvas y contracurvas, las cuales, Juan Manuel Fangio las sorteaba con soltura a una regular velocidad.

Un Obstáculo Imprevisto

Pero cuál sería la sorpresa de los viajeros cuando, en una de las curvas más cerradas, sintieron el reventón de una de las ruedas delanteras. Pese a la intempestiva situación, Fangio con su conocida pericia y serenidad, continuó unos cuantos metros, con la cubierta en llanta, manteniendo firmemente el vehículo en el camino, como si nada pasara y, finalmente, lo paró sin que los viajeros sufrieran inconveniente alguno, por causa del reventón.
Luego, en pocos minutos, con la pericia y sencillez de un verdadero campeón, se arremangó y cambió la cubierta, ayudado por sus acompañantes y continuaron felizmente el viaje a Jujuy, aunque con cierto cuidado, porque la rueda de auxilio del vehículo ya evidenciaba que “tenía su historia”.
Luego, llegaron felizmente a destino, donde fueron recibidos por el gobernador Horacio Guzmán y el entonces secretario general de la Gobernación, don Rodolfo Ceballos, también reconocido periodista como su hijo, el psicólogo Rodolfo Ceballos, quien aún trabaja en el diario El Tribuno.
Enterado el gobernador Guzmán de la anécdota del “pinchazo”, habló unas palabras reservadamente con el periodista y secretario general Ceballos, quien salió brevemente de la reunión. Para sorpresa de todos los viajeros, y del dirigente del Auto Club Salta que había facilitado su auto para el viaje de Fangio, al salir de la reunión con el Gobernador Guzmán, se dieron con que el vehículo tenía colocada una cubierta delantera flamante (a pesar del racionamiento de cubiertas, en Jujuy entraban con cierta facilidad -a través de La Quiaca-, población que limita con la República de Bolivia), cubierta con la cual, los viajeros regresaron sin inconvenientes a Salta, esta vez ya por la ruta más conocida y menos riesgosa, que pasa por la localidad de General Güemes.


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