sábado, 25 de agosto de 2012

Ferrari 360 Modena 1999-2004.


El Ferrari 360 puso el ejemplo para lo que debería ser un súper deportivo “de entrada” a una marca gracias a su increíble desempeño, envidiable dirección, brutal agarre y maravilloso manejo. También se veía bastante bien, y no se puede discutir mucho sobre un auto que presume su motor V8 a través de una cajuela de cristal.
El 360 hizo su aparición en 1999 y se ofrecía en carrocería coupé (Modena) y convertible (Spider). Tenía un motor V8 central de 3.6 litros con 400 caballos de fuerza. El 0 a 60 millas por hora lo hacía en tan sólo poco más de 4 segundos.
La transmisión de serie era una manual de 6 velocidades con la palanca clásica con pomo de aluminio. Sin embargo, muchos fueron ordenados con la más cara caja secuencial tipo F1 que hacía los cambios en 150 milisegundos y contaba con paletas de cambio detrás del volante. Aunque la caja manual era muy buena, la capacidad de la F1 de igualar las revoluciones al hacer cambios descendentes y su modo automático (era un poco brusco a bajas velocidades la verdad) lo hacen una buena opción para quien quiera manejarlo como gente normal de vez en cuando pero sabe que intentará exprimir lo más que pueda del motor en cuanto tenga la oportunidad.
Lo que hace a este auto algo especial no es sólo la capacidad de ir rápido y el logo que tiene con el caballo negro. El 360 tenía chasis de aluminio, suspensión de aluminio ajustable y su carrocería fue diseñada por Pininfarina y construida de, sí, aluminio, lo que resultaba en un auto sumamente ligero enfocado en manejo y desempeño. Claro que al manejo también le ayudaban los enormes ejes y lo ancho de la carrocería junto a la suspensión que mantenía al auto lo más plano posible en las curvas mientras que la dirección se mantenía sumamente precisa incluso cuando la velocidad subía hasta los tres dígitos. (La velocidad máxima del 360 eran 175 millas por hora).
A diferencia de algunos Ferraris pasados, el 360 tenía un interior digno del precio que tenía el auto. Piel, materiales de alta calidad y ergonomía de primer nivel conseguían un balance perfecto entre lujo y simplicidad enfocada al manejo. Los asientos ofrecían bastante soporte lateral y facilitaban una buena posición de manejo. Aparte de ayudar a incrementar el agarre del auto, su ancha carrocería permitía tener muy buen espacio en el interior. Uno de los pocos puntos en contra del 360 es la visibilidad trasera, particularmente en el Spider con el techo arriba.
Para los que querían un 360 más exclusivo, el Challenge Stradalle se presentó en 2004. Esta versión de carreras legal para la calle estaba disponible en carrocería coupé y eliminaba, según Ferrari, todo lo que no contribuía con el desempeño o la seguridad (aunque el aire acondicionado no fue removido). El resultado era un auto 242 libras más ligero y tenía 25 caballos extras. Junto a la suspensión 20% más rígida y cambios aerodinámicos que producían 50% más agarre a altas velocidades, el Challenge Stradalle era lo más cercano que uno podía estar del F1 que manejaba Schumacher en esa época, por lo menos hasta que llegó el Enzo.
El 360 puso a los súper deportivos “pequeños” mucho más cerca de los grandes V12 de lo que todo mundo esperaba. Aunque no fue el primer Ferrari con motor V8 central, el 360 llevó el concepto de un auto ligero con un motor “pequeño” a nuevos niveles, y desde entonces no han vuelto a mirar hacia atrás.

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