viernes, 31 de agosto de 2012

Renault Safrane Dynamique 2012.

El Fluence mejoró en todos los sentidos posibles para esta nueva generación.

La segunda generación del Safrane promete un auto más grande, mejor equipado, más cómodo, potente y eficiente, en resumen un mejor auto en todos los sentidos, y eso es justo lo que nos da.
El diseño exterior es más agresivo pero también más refinado, se nota que se trabajó más tiempo en él para lograr un auto que ocultara sus grandes dimensiones a través de un diseño moderno y estilizado. Los faros alargados tanto delanteros como traseros y la cintura alta le dan un carácter dinámico al nuevo Safrane.
En el interior todo mejoró. Encontramos mejor calidad en los materiales y mejor ensamble. El diseño de la consola también se siente mejor logrado y el habitáculo en general nos deja saber que estamos en un mejor auto que el de la generación pasada. Los asientos son grandes y cómodos y las plazas traseras tienen bastante espacio por lo que 5 adultos podrán viajar en el Safrane sin mayores problemas.
El espacio de carga también es bastante bueno y el acceso a la cajuela es muy amplio, lo que permite aprovecharla lo más posible.
Bajo el cofre encontramos un motor V6 de 3.5 litros turbo con 240 caballos de fuerza acoplado a una caja automática de 6 velocidades con cambios manuales que manda la potencia a las ruedas delanteras. La caja hace bien su trabajo y los cambios son suaves pero precisos. La activación manual tarda un poco y es mejor dejarla en paz para que haga su trabajo sola.
Una de las quejas principales de los compradores de la generación pasada del Safrane es que era un auto muy grande y que no tenía suficiente potencia. El nuevo motor soluciona eso con creces gracias a sus 240 caballos de fuerza. La entrega de potencia es pareja y se siente el empuje a partir de las 2,500 rpms.
La suspensión tiene una puesta a punto claramente del lado de la comodidad y a velocidad crucero es bastante cómoda y absorbe de manera sorprendente las irregularidades del asfalto. En conjunto con los asientos y la dirección el Safrane es un auto muy cómodo y amigable para manejar.
El problema es cuando se quiere exprimir el motor. La caja hace un buen trabajo cuando se aprieta el acelerador con fuerza y aprovecha lo mejor que puede cada una de las velocidades. En línea recta el Safrane tiene muy buena aceleración y se siente un auto hasta con cierto carácter deportivo, cosa que no sucede en las curvas. Pareciera que se le olvidó a los ingenieros que al aumentar la potencia hay que hacer otras modificaciones. Los frenos son competentes pero se agradecerían unos un poco más contundentes.
El hecho de tener una puesta a punto enfocada a la comodidad afecta el comportamiento dinámico. La combinación de la suavidad de los amortiguadores, la dirección, los asientos que al ser muy cómodos sacrifican soporte lateral y que sea de tracción delantera, hacen que manejarlo con alegría no sea la mejor de las ideas.
El subviraje es evidente y pronunciado y el body roll en las curvas dificulta trazar una línea limpia en una curva cerrada, pero hay que recordar que seste auto no se trata de eso.
De lo que este auto se trata es de gran espacio y gran comodidad, y lo hace bastante bien en ambos rubros. El Safrane es un excelente auto para carretera logrando ritmos elevados sin mayores problemas y acomodando a sus pasajeros con su equipaje con menos problema aún.
Gracias a su buen equipamiento y a su evidente brinco hacia adelante en cuestiones de calidad y ensamble, el Safrane es una buena opción para quién busca un auto cómodo y muy bien equipado a un precio sumamente accesible.

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