sábado, 19 de marzo de 2011

PASIÓN POR LOS AUTOS ANTIGUOS.

 Para muchos es una verdadera pasión poseer vehículos de época. Mario Suárez, presidente del Club de Automóviles Clásicos de Corrientes afirmó que “Es un lujo tener uno de estos autos, y todo un desafío poder mantenerlo con sus piezas originales". Actualmente, la entidad que nació en 1997, congrega a más de treinta socios que comparten este gusto en común.


 ¿Cómo nace el Club de Automóviles Clásicos de Corrientes?

Surge como iniciativa de un grupo de amigos que compartíamos un gusto en común, y hace ya 14 años que se encuentra funcionando.
Nos reunimos semanalmente todos los miércoles para intercambiar información útil entre los miembros. Por lo general los temas que tratamos tienen que ver con lugares donde conseguir repuestos, mecánicos especializados y otras cuestiones que hacen al mantenimientos de nuestros autos.


¿Por qué los miembros de la entidad optan por poseer este tipo de vehículos?

La mayoría de los miembros del club somos grandes admiradores de estos autos. Es una sensación increíble la de manejar un transporte que tiene un andar totalmente distinto a los actuales.
Desplazarse en ellos significa viajar de una manera más rustica, sin equipamientos de lujo como por ejemplo el aire acondicionados.


¿De qué forma los conservan?

Intentamos conservarlos de la misma forma que salieron de fábrica. Nuestra premisa es mantenerlos con las piezas originales, sin tener que introducirles elementos modernos, para que no pierdan su valor.
Esto cada vez es más difícil, porque cuesta muchísimo conseguir las partes originales para los diferentes modelos y marcas. Además, la mano de obra está muy encarecida, dado que faltan mecánicos especializados en automóviles clásicos.


¿Qué tipos de autos pueden observarse en Corrientes?


En Corrientes hay automóviles del año 1923 y algunos con veinte años de antigüedad. Existen varios de tipos, algunos utilitarios y otros más lujosos.
Se pueden observar paseando por el casco céntrico o la costanera distintos modelos, ya sean Ford T, camionetas de 1972, o un Chevrolet 27.
Si bien no existe una gran cantidad de estos autos en la ciudad, los pocos que hay están muy bien conservados y con sus piezas originales. Además conservarlos cada vez es más costosos porque ya no se encuentran en la ciudad los respuestos, o muchas fábricas dejaron de producirlos.

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