General Motors, empresa madre de Chevrolet, no podía darse el lujo de crear un auto de menor categoría que el C5, ya que pocos años antes su acérrimo competidor de Chrysler había lanzado el Dodge Viper, dotado de un poderoso motor V10 capaz de dejar atrás a los Corvettes C4.
"VETTE 98" vendía este modelo como coupé y convertible, ofrecía mejoras con respecto a su predecesor de la cuarta generación, como una estructura cuatro veces más rígida, el doble de espacio para carga y mejor desempeño en general.
El convertible ofrecía un toldo suave que podía ser removido manualmente.
LAS LLANTAS
En cuanto a la versión coupé, permitía al cliente escoger entre una diversidad de paneles removibles que iban desde los transparentes, hasta los que combinaban con el color de la carrocería.
Bajo el cofre, el Corvette ofrecía el poder del motor LS1, un V8 5.7 litros, el más reciente miembro del linaje de los V8 small block que había animado a todos los Corvettes previos.
El motor entregaba 345 caballos de potencia y 350 libras pie de torque, con él este auto podía alcanzar 270 kilómetros por hora y acelerar de cero a cien, en tan sólo cinco segundos.
En el número de mayo de 1998, la revista Car and Driver de Estados Unidos comparó el Corvette contra un Porsche 911 y otorgó al Chevrolet mejores calificaciones. En ese mismo mes se llevaron a cabo las 500 millas de Indianápolis y el Chevrolet Corvette volvió a ser el auto insignia tal como lo había hecho con el "Vette 78".
Las llantas mostraban un sistema innovador que permitía al conductor manejar su auto durante 300 kilómetros si es que sufría una ponchadura y no tenía a la mano el neumático de repuesto, gran aporte.
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