miércoles, 26 de octubre de 2011

Joya pulida: Cadillac CTS-V Black Diamond Edition 2012.

Durante mucho tiempo Cadillac ha tenido el estigma de ser considerada una marca para adultos mayores. Generalmente cuando alguien ve un Cadillac piensa que quien lo viene manejando tiene alrededor de 70 años, y en la mayoría de los casos puede estar en lo cierto.
Para deshacerse de esta imagen, la división de lujo de GM cambió su línea de diseño de manera radical hace ya varios años con el CTS, el cual presentaba un diseño vanguardista y agresivo, tratando de atraer compradores más jóvenes a la marca.
El CTS fue el que comenzó esta revolución con un diseño exterior el cual básicamente no tenía curvas, todo eran ángulos rectos y cortes pronunciados. La segunda generación del CTS  tiene un diseño todavía más agresivo y la versión coupé lo lleva a un nuevo nivel.
A pesar del estilo de diseño que adoptó toda la marca, seguían siendo autos que el público joven no volteaba a ver, por lo que decidieron crear la Serie V. Los autos Cadillac que llevan una letra V al final de su nombre son las versiones deportivas de los mismos, y vaya que son deportivas.
La versión Black Diamond es la más cara y exclusiva y añade pintura metálica negra especial, rines negros mate y calipers de frenos en amarillo.
El Cadillac CTS-V coupé es la máxima expresión de deportividad que jamás haya creado la marca. Para acompañar el tan mencionado diseño deportivo, se escogió un motor V8 super cargado de 6.2 litros con 556 caballos de fuerza. Este es el tipo de motor que arroja números de desempeño bastante serios.
Sin embargo, el Cadillac CTS-V no olvida sus orígenes. Este es un auto que se puede manejar de manera civilizada sin ningún problema. Mientras la suspensión y la caja de velocidades se mantengan en modo normal los cambios son suaves y el manejo es relajado, perfecto para cuando se está atorado en el tránsito.
Cuando se cambia a modo sport es cuando la bestia despierta. A pesar del tamaño y el peso del auto, el enorme motor presenta una entrega de potencia brutal cuando se le solicita. La aceleración es muy agresiva y cada cambio que hace la caja automática de 6 velocidades únicamente empuja más el auto hacia el extremo. La suspensión también cambia al auto y lo transforma en un ágil velocista.
Los frenos firmados por Brembo son otro de los puntos fuertes del auto, la potencia de frenado es agresiva pero precisa, en muchas ocasiones parecía que frenaba más de lo que aceleraba.
Lamentablemente toda esta diversión debe tener un precio y en el caso del CTS-V es, lógicamente, el consumo de combustible. El modelo de prueba que tuvimos dio alrededor de 10 millas por galón, definitivamente no es lo peor que hemos visto, pero la verdad si es bastante alto.
La cabina está cubierta de materiales de primer nivel con sus asientos y volante tapizados en piel y alcántara. La combinación de colores en nuestra unidad de pruebas era negro con amarillo, la cual combinaba muy bien con el exterior negro brillante y los calipers de freno amarillos.
A pesar del lujo del habitáculo, el espacio se sentía un poco reducido, cosa que es normal en un coupé deportivo, sin embargo tal vez las plazas traseras están de más, no estaría mal que el CTS-V coupé tuviera sólo dos asientos, ahorrando así un poco de peso y creando la posibilidad de un tanque de gasolina más grande.
A pesar de la potencia del motor y del enfoque general del auto, los ingenieros de Cadillac no quisieron desviarse demasiado de la fórmula de la marca, por lo que el sonido del motor no es tan fuerte como uno esperaría. El sonido grave del escape se combina muy bien con los agudos del super cargador creando una sinfonía muy agradable, pero le faltan decibeles.
El CTS-V es un auto que rompe los paradigmas de Cadillac por completo. Lo impresionante no es que Cadillac haya entrado en el mercado de los super deportivos de lujo para hacer frente a marcas como Audi o BMW, lo que nos sorprendió es que lo hicieran tan bien en tan poco tiempo.

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