Fiat rompe con la Confederación de Industriales.

El grupo automovilístico italiano Fiat, entre las mayores industrias de Italia, anunció el lunes que abandona la Confederación Nacional de Industriales, Confindustria, a partir del 1 de enero del 2012, debido a la incertidumbre sobre el contrato nacional de trabajo.La decisión fue tomada por el presidente ejecutivo de Fiat, Sergio Marchionne, que se lo comunicó a la presidente de la Confindustria, Emma Marcegaglia.Tanto Fiat Automóvil como Fiat Industrial (camiones, buses, maquinaria agrícola y de construcción), dejarán de ser representados por la confederación empresarial a partir del 1 de enero del 2012.Según Marchionne, las negociaciones actuales sobre el contrato nacional de trabajo terminaron por limitar la "flexibilidad" deseada para las propias empresas."Fiat, que se comprometió (a aliarse con la estadounidense Chrysler, ndr) a construir un gran grupo internacional con 181 empresas en 30 países, no puede operar en Italia en un clima de 'incertidumbre', que lo aleja de las condiciones que reinan en el resto del mundo industrializado", explicó Marchionne.

Al retirarse de la organización empresarial, Fiat no está obligada a aplicar la convención colectiva de trabajo para los obreros metalúrgicos, lo que deseaba para manejar sus fábricas con mayor flexibilidad.
"Nuestras relaciones con los trabajadores y organizaciones salariales serán manejadas sin afectar los derechos de los trabajadores, respetando el papel recíproco, como previsto en los acuerdos firmados en Pomigliano, Mirafiori y Grugliasco", aseguró Marchionne.
En enero de este año, el productor automovilístico abrió una brecha en el sistema italiano de relaciones laborales que puede desembocar en una verdadera revolución para el país: la posibilidad de sustituir la convención colectiva nacional por contratos de empresa.
Los asalariados de la planta histórica de Fiat, Mirafiori, en Turín (norte), aprobaron con el 54% de los votos el acuerdo que endurece las condiciones de trabajo de los trabajadores pero evita el cierre de la fábrica.
El acuerdo da un vuelco sin precedentes en la situación laboral en Italia, ya que introduce la posibilidad de que la fábrica funcione las 24 horas del día y hasta seis días a la semana, y reduce las pausas, además de triplicar el número máximo de horas extras hasta 120 anuales.