jueves, 27 de enero de 2011

Laboratorio De Competicion.

Tiene un motor naftero y dos eléctricos, uno en cada rueda delantera.


En el pasado Salón de Detroit, la estrella de Porsche en su stand fue un auto que no será producido en serie. Se trata del 918 RSR, un vehículo de competición que cuenta con novedosas aplicaciones para ser utilizadas en el ámbito de la competición primero y, probablemente, en los modelos de calle después.
La carrocería del RSR toma como base la de otro prototipo, el 918 Spyder, aunque en este caso se utilizó un formato de cupé. Si bien su figura fue uno de los grandes atractivos de la muestra, lo más novedoso es su tecnología. Este vehículo tiene un motor naftero V8, que entrega 563 caballos de fuerza, y dos motores eléctricos, uno para cada rueda delantera, de 102 caballos cada uno. Esto arroja una potencia total de 767 caballos. La caja de cambios es automática, de seis marchas, derivada de las que utiliza la marca en sus modelos de competición. En los procesos de frenado los motores eléctricos funcionan como generadores aprovechando esa energía cinética. Esa electricidad se deposita en un acumulador que se ubica dentro del habitáculo, en donde normalmente iría la butaca del acompañante. Cuando cuenta con carga completa, los motores eléctricos pueden ayudar al naftero durante un tiempo no mayor a los ocho segundos.
Otro sistema novedoso que presenta Porsche en este prototipo es la función “Torque Vectoring”, que permite variar la distribución de la fuerza máxima del motor entre las dos ruedas delanteras para mejorar el tránsito por una curva.
Para reducir el peso, su chasis está construido en un material plástico reforzado con fibra de carbono.







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