viernes, 27 de enero de 2012

50 años de James Bond y sus autos.

El agente secreto británico James Bond, personaje originalmente ideado por Ian Fleming en 1952 y llevado al celuloide diez años más tarde, compartió su protagonismo con villanos megalomaníacos, hermosas mujeres, artefactos tecnológicos sorprendentes y también con lo mejor en automóviles de su época, los que llegaron a convertirse en íconos de un estilo y épocas únicas.

En sus diversas misiones, James Bond utilizó varios autos, muchos de ellos con elementos adicionales que le fueron de gran ayuda, lanzacohetes, ametra¬lladoras, blindajes y por primera vez se vieron pantallas de video en el tablero, algo común hoy en día. Todo comenzó a partir de los años de la Guerra Fría con el Sunbeam Alpine, para proseguir con un Bentley en “Desde Ru¬sia con Amor”.

Curiosamente, en las novelas de Ian Fleming, Bond llevaba Bentleys, y no el vehículo por antonomasia de sus filmes, el famoso Aston Martin DB5 de 1963 que estre¬naría en “Goldfinger” y fue usado en “Thun¬derball”, “GoldenEye” y “Tomorrow Never Dies” y en la secuela de “Casino Royale”, “Quantum of Solace”. Sean Connery volvería a llevar un Bentley en la extraoficial “Nunca digas nunca jamás”.


En los años 70 se destacó el fabuloso Lotus Esprit, que se convertía en submarino en 1977. Como resultado de que Bond utilizara dicho coche, llegó a haber lis¬tas de espera de más de un año para adquirir un Spirit. Y aunque en los 80 Bond volvió a llevar Aston Martin, en “Goldeneye” abando¬nó los coches británicos por alemanes, pasán¬dose a BMW.


En los últimos filmes, al patro¬cinio de BMW le sucedió el de Ford, gracias al cual Bond nuevamente llevó los Aston Martin, marca en propiedad de la casa norteamericana. Tanto BMW como Ford aprovecharon los fil¬mes del agente secreto para presentar los mo¬delos Z3 y Mondeo, respectivamente. Y, aunque Bond tuvo varios Aston Martin, en su penúltimo filme, ”Casino Royale”, se cuenta cómo llegó a tener su coche por antonomasia, el DB5 del ‘63.

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