miércoles, 7 de diciembre de 2011

Cayó 18% la Exportación de Autos.

Influyeron la menor demanda y los problemas generados por los roces comerciales con Brasil, destino del 81% de los vehículos fabricados aquí.


 Afectada por la marcada caída que registraron sus ventas al exterior, la industria automotriz, la más pujante de los últimos años, debió pisar el freno en noviembre.
Según informó ayer la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) al dar a conocer el balance del mes, la actividad en el sector se incrementó un 3,2% respecto de octubre, pero prácticamente no tuvo crecimiento (apenas 0,05%) en relación con el mismo mes del año pasado.
La explicación de semejante freno hay que buscarla en las exportaciones, que en noviembre mermaron un 3,7% en relación con octubre y un mucho más significativo 17,8% en comparación con el mismo mes de 2010.
Los economistas explican que en la "foto" la realidad del sector sigue siendo muy buena, pero que si se mira "la película" aparecen señales para preocuparse.
Después de todo, la producción local de automotores alcanzó las 776.359 unidades en los primeros once meses de 2011, con una suba del 19,3% respecto del mismo período de 2010, con lo cual se mantienen en niveles récord.
Lo mismo ocurre con las exportaciones, que hasta noviembre sumaron 471.132 vehículos, lo que representa un aumento del 15,5% respecto del año anterior. Y ni hablar de las ventas a concesionarios, que totalizaron 800.495 unidades, con un incremento del 27,3% en el año.

Las Luces Amarillas

Pero el sector muestra una clara tendencia a la desaceleración en sus niveles de actividad y no tiene estímulos en el horizonte como para que la demanda local traccione mucho más de lo que hoy tira, o mercados sustitutos hacia donde derivar lo que Brasil no compre.
Por ejemplo, las ventas a concesionarios también comenzaron a dar muestras de fatiga, al tener un descenso del 7,6% respecto de octubre y un aumento del 8,3% en relación con el mismo mes del año pasado, cuando lo usual, en este tipo de comparaciones, era encontrar saltos de dos dígitos.
Y si se tiene en cuenta que, como recordó ayer Adefa, "la industria automotriz se ha transformado en un factor determinante de la expansión de toda la industria argentina, explicando en un 50,4%" ese despegue, se podrá entender la inquietud que las señales de desaceleración que emite el sector tienen sobre el resto de la cadena.
Tal vez por esta razón es que el presidente de Adefa y también líder de Volkswagen Argentina, Viktor Klima, haya apuntado ayer que, "para una industria con una marcada matriz exportadora, como lo es la automotriz argentina, será determinante enfrentar desafíos que implicarán redoblar esfuerzos para sostener e incrementar la competitividad en el marco de la economía mundial".
Para ello, Klima señaló que "resulta indispensable la continuidad del trabajo conjunto del Estado con toda la cadena de valor", y por ello convocó "a una intensiva cooperación en el país y en la región frente a esos desafíos que hoy presenta la economía global".
La referencia parece aludir a los cortocircuitos con Brasil, país que fue el destino del 81% de los autos producidos aquí y exportados. El proceso de enfriamiento que vivió la economía del mayor socio de la Argentina, y las recurrentes rencillas comerciales (Brasil comenzó a bloquear envíos argentinos desde mitad de año en protesta por las trabas que enfrentaban para ingresar aquí algunos de sus productos) repercutieron localmente y tuvieron fuerte incidencia sobre el sector.

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