domingo, 4 de diciembre de 2011

Porsche armó la fiesta en México con caravana de autos.

La firma alemana convocó a todos los apasionados de sus autos a celebrar la sexta edición de su ya tradicional Porsche Parade.

 

 El pasado fin de semana la firma alemana Porsche convocó a todos los apasionados de sus autos a reunirse en el Campo Marte, en la Ciudad de México, para partir en caravana al Centro Dinámico Pegaso en Toluca, y celebrar la sexta edición de su ya tradicional Porsche Parade.

La caravana de autos, de diferentes épocas de la casa de Stuttgart, causó revuelo conforme iba ganando kilómetros rumbo a su destino no faltó quien, sin importar que iba al volante, sacó el celular para llevarse la imagen de las joyas que a lo largo del tiempo han hecho de Porsche un sinónimo de deportividad.
Al llegar a Toluca, la bienvenida estuvo marcada por una pista abierta con la promesa de poder darle rienda suelta a los motores y poder pisar el acelerador a fondo en un ambiente en el que ya se empezaba a respirar la adrenalina y el inconfundible aroma a fierros en acción. La fiesta de Porsche estaba a punto de arrancar.
Antes había que detenerse frente a la réplica del bólido 917 con el que la firma conquistó la cima del podio en las 24 Horas de LeMans en dos ocasiones, 1970 y 1971, además de que Pedro Rodríguez conquistó dos campeonatos de prototipos, también en esos años, al volante de este monstruo de las pistas que destrozaba el asfalto con su motor bóxer de 12 cilindros 4.5 litros de 620 caballos de fuerza.
Tras revivir las glorias de la marca, la ruta a la diversión nos llevó al trazado, en esta ocasión se abrió por completo la pista, algo que no ocurre todos los días, y tras una breve explicación nos encontrábamos al volante de un Panamera, en su versión híbrida.
En un principio las expectativas no eran muchas, porque pensábamos que al tratarse de un modelo enfocado al manejo ecológico y a reducir el consumo de combustible seríamos fácilmente opacados por los modelos de antaño, los cuales no se fijaban en nimiedades, para ofrecer una deportividad pura. Sin embargo, estábamos muy equivocados.
En la pista teníamos por delante a varios 911 de diferentes años, arrancamos desde el fondo y como avispas los demás nos tomaron rápidamente una ventaja considerable, pero al exigirle al motor del Panamera S Hybrid, un V6 3.0 litros con una potencia de 333 caballos, en conjunto con uno eléctrico de 47 hp que en total nos daban 380 caballos de fuerza, sentimos el poder de su empuje y rápidamente recortamos distancias con los demás.
No mentiremos, las capacidades al volante y el desempeño de autos más pequeños y mucho más ligeros que el nuestro nos hicieron morder el polvo, sin embargo en más de una ocasión el irles pisando los talones en ¡un híbrido! nos demostraron el buen balance que tiene este auto en materia de potencia y desempeño.
La tarde moría pero las emociones iban subiendo de revoluciones y para tomar un break había disponible una gran variedad de opciones: recorridos off -road sobre la Cayenne Transsyberia o en un slalom al volante del Cayman R, además de simuladores para poner a prueba las habilidades en los trazados más importantes del mundo.
La cereza del pastel llegó de la mano de los Porsche que compiten en el campeonato privado GT3 Cup quienes saltaron al trazado para demostrar de lo que son capaces de hacer hombre y máquina en una exhibición que hizo que más de uno se tapará los oídos con el rugido de sus ensordecedores motores.
El momento de abandonar la pista llegó y al dejar los vehículos alguien dijo ¿Ya se acabó?, pero si sólo me di unas ¡20 vueltas!, lo que resume un fin de semana muy al estilo de Porsche.

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