sábado, 24 de diciembre de 2011

Mercedes-Benz S500, un automóvil con mucha clase.

Los detalles, sus materiales, acabados, el cuidado hasta en las milésimas de segundo, y la seguridad de su tecnología marcan la diferencia. 

  El reto de los ingenieros que diseñaron un auto para quienes todo lo tienen seguramente debió ser mayúsculo. Ellos tuvieron frente a sí la responsabilidad de lucir, en todo su esplendor, las mayores capacidades creativas y tecnológicas de Mercedes-Benz en un auto cuya premisa es que, nada debe quedarse en el tintero, pues quienes tienen la oportunidad de estar frente a la Clase S, deben estar seguros que éste es un auto al que nada le falta.

Espacio, lujo, confort y lo último de una tecnología que ya ha cumplido 125 años, convergen en un vehículo que presume orgullosamente sus excesos.
Más de cinco metros de largo (5.076) y casi dos de ancho (1.871) se mueven como si su principal objetivo fuera el de ganar una carrera, con la virtud de que quienes viajen en la segunda banca podrían pensar que el auto está detenido.
El extraordinario comportamiento de este vehículo se debe, en gran parte, a la larga lista de asistencias electrónicas con las que la firma alemana ha equipado a esta lujosa y limusina moderna.
Pese a que, muy pocas veces los propietarios de este vehículo se pondrán a los mandos de éste, ya que seguramente un chofer lo hará por ellos, la conducción del S500 es privilegiada, confortable y silenciosa. La marcha es suave, pareciera que flota sobre el asfalto pues la suspensión absorbe gran parte de las irregularidades del camino.
Sin embargo, aunque suene paradójico, si se le exige ir por más, este auto es capaz de moverse rápido y de manera ágil, 435 caballos de fuerza no son poca cosa y la casa de Sttutgart se ha empeñado en que éstos puedan ser aprovechados al máximo, por ello ha dispuesto de una caja de cambios automática de siete marchas G-TRONIC, la cual exprime hasta el último suspiro de potencia, aprovechando además de forma muy eficiente el combustible.
De las cinco motorizaciones que la marca promete ofrecer en nuestro país, a nosotros nos tocó probar la V8 biturbo que, por razones obvias, está por debajo de las versiones AMG y de una muy peculiar denominada S 600 L CGI. En ellas es posible contar con 517, 525 y 612 caballos de fuerza, así como con hasta 737 libras pie de torque, disponibles con el motor V12.
Pero hasta el momento, nada que no se esperara de una marca premium por excelencia. Tomamos el manual y descubrimos que, en realidad, no manejábamos tan bien como suponíamos, nuestro control sobre el auto se debía, en parte, a la avanzada tecnología de la firma, que incorpora en este vehículo mucha seguridad preventiva, la cual nos permite evitar accidentes o maniobras bruscas, anticipándose a un desenlace desagradable, y cuyo objetivo principal es: una conducción sin accidentes.
Afortunadamente no tuvimos la oportunidad de probar las tres fases posteriores de seguridad, las cuales funcionan de la siguiente forma: cuando se enfrenta una situación de peligro, los sistemas trabajan para reducir el riesgo de lesiones en los ocupantes, y en todo momento tratar de reducir los daños.
En caso de accidente, la configuración del habitáculo de alta resistencia protegen a los pasajeros de forma efectiva.
Una vez que se ha sufrido un accidente, el vehículo trata de proteger a los ocupantes, incluso facilitando una maniobra de difícil rescate.
De la larga lista de asistencias disponibles en este auto, llamó nuestra atención el sistema de alerta por cansancio, el cual mediante una computadora analiza si el conductor está conduciendo de forma errática, y le advierte que el sueño puede estarlo venciendo. Este sistema se hace presente en el tablero mediante una taza de café, emitiendo alertas acústicas y ópticas.
También cuenta con visión nocturna, frenos de emergencia y un radar que nos permite mantener una distancia prudente, con respecto al vehículo que tenemos enfrente, asistiendo al control crucero.
El confort y equipamiento, propios de un auto de este tamaño, superan en todo momento las expectativas aunque, es en los temas de seguridad y desempeño donde la Clase S, digna del abolengo Mercedes-Benz, definitivamente tiene sus ases bajo la manga, con respecto a la competencia.

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