viernes, 13 de julio de 2012

La fábrica de autos Peugeot y Citröen echará a 8.000 trabajadores.

La tradicional firma cerrará una de sus plantas más grandes en Francia, por la caída de las ventas (18% el último año). Los empleados están en pie de guerra. 

 

La fábrica de autos Peugeot y Citröen echará a 8.000 trabajadores

 La mayor automotriz francesa, PSA Peugeot Citroën, anunció ayer que cerrará una de sus principales fábricas en Francia y suprimirá 8.000 puestos de trabajo, lo que le genera al gobierno socialista su primer gran conflicto con el sector sindical y con los trabajadores.

El presidente francés, Francois Hollande, quien asumió el pasado 15 de mayo, había advertido a los líderes empresariales durante su campaña que no se quedaría parado cuando los trabajadores salieran a las calles.


"Tenemos que decir a estas empresas que no aceptaremos esto (los despidos) sin reaccionar", advirtió Hollande el pasado 28 de abril. El anuncio de PSA y la cercanía de tales promesas de Hollande, por tanto, es un golpe al corazón del mandatario socialista.


Por eso, el anuncio realizado por el consejero delegado del grupo PSA, Pierre Olivier Saimon, que se suma a las 6.000 supresiones de puestos anunciada en 2011, rápidamente generó reacciones políticas de diverso tipo.


El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, solicitó a la compañía a través de un comunicado que lleve a cabo "inmediatamente" una "concertación leal y responsable" para "preservar los empleos y mantener todos sus sitios industriales en Francia".


Por su parte, el ministro de Industria, Arnaud Montebourg, advirtió ante el Senado que "no" aceptarán ese plan y que "PSA deberá justificar esta decisión", aunque sin precisar los medios de presión que el gobierno podría ejercer sobre el grupo privado.


No obstante, el ministro reconoció que "el anuncio de PSA es un shock por su amplitud sin precedentes".


Montebourg presentaría el 25 de julio en el Consejo de Ministros un "plan de apoyo" a la compañía automovilística, según sostienen los medios de comunicación galos.


Los directivos de PSA Peugeot Citroën, por su parte, reconocieron en un comunicado "la conmoción" que causarán estos recortes, pero explicaron que la "profundidad y persistencia de la crisis" en Europa hicieron "indispensable"adoptar esas medidas.


Según adelantó ayer la compañía, en la primera mitad del año la producción cayó 18 por ciento, provocando pérdidas netas para ese período, especialmente por la crisis económica en los países del sur de Europa. Para el secretario general de la CGT, Bernard Thibault, el nuevo anuncio de PSA es "un sismo" y advirtió que "la empresa habla de 8.000 licenciamientos pero no habla del recorte de personal temporario que llevaría esa cifra a 10.000 personas". "Eso, multiplicado por tres o cuatro, podrá dejar a cerca de 40.000 personas en una precariedad absoluta", agregó el sindicalista en declaraciones a radio Europe 1.


Los sitios más afectados serán la fábrica de Aulnay-sous-Bois (suburbios norte de París), donde se produce el Citroën C3 y actualmente trabajan 3.000 empleados, cerrará en 2014. Mientras, en Rennes (oeste) se suprimirán 1.400 de los 5.600 puestos de trabajo.


En el resto de Francia se recortarán otros 3.600 puestos, bajo la figura de baja voluntaria.


Tras el anuncio, la cólera se adueñó de los empleados de PSA, quienes ayer manifestaron en las afueras de París frente a la fábrica de Aulnay-sous-Bois y en una asamblea decidieron dar comienzo a una huelga por tiempo indefinido para detener la producción.


"PSA asesino" o "No a los despidos", fueron algunos de los carteles que colgaron del enorme portón de entrada de la fábrica en las afueras de París.


"Estamos asqueados de la dirección de la empresa, pero también de este nuevo gobierno y de los sindicatos", sostuvo un empleado.


Ésta es la primera planta automotriz que cierra en Francia tras 30 años, dado que el último fabricante en cerrar una usina fue Renault en 1982.

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