lunes, 23 de abril de 2012

El Salón del Automóvil de Pekín se abre a los constructores de todo el mundo.

Los grandes constructores de automóviles del planeta estaban presentes este lunes en la inauguración del Salón del Automóvil de Pekín para seducir al público del primer mercado mundial, cuyo crecimiento se he desacelerado de forma considerable.
La edición de 2012 del mayor salón automóvil de China, que se alterna entre Shanghai y Pekín, acogerá hasta el 2 de mayo "120 lanzamientos mundiales de vehículos, 36 de ellos por multinacionales", según su web oficial.
Están presentes 74 'concept cars' y 88 vehículos de energías nuevas. En total, 990 vehículos expuestos.
El acontecimiento está muy mediatizado, en proporción al interés que despierta el sector en los chinos. Unos 12.500 periodistas de 1.564 medios chinos y extranjeros se esperan en una superficie de exposición récord de 220.000 metros cuadrados.
En su última edición, en 2010, el Salón de Pekín tuvo 785.000 visitantes.
Después de un crecimiento explosivo en 2009 y 2010, el mercado del automóvil en China bajó de ritmo brutalmente el año pasado, cuando se acabaron las ayudas del Gobierno para la compra de coches pequeños, con solo un 2,5% de incremento del número de vehículos vendidos, a 18,51 millones de vehículos.
No obstante, los turismos, primer segmento del mercado, tuvieron un crecimiento del 5,2%, a 14,5 millones de unidades, un 10% si se excluyen los miniván, que figuran en esta categoría en las estadísticas de la Asociación china de Constructores Automóviles (CAAM).
"Mientras que el centro de gravedad de la industria automovilística mundial se desplaza un poco más a China y otras economías emergentes, la industria china tiene una ocasión histórica" y, por ello, "tiene que aumentar su capacidad de innovar", dicen los organizadores del Salón.
"En 2011 hemos asistido a una normalización de la demanda", estima Klaus Paur, analista del mercado automovilístico en la agencia Ipsos con sede en Shanghai.
"Hay una fuerte presión en el precio de ventas al consumidor. Actualmente, pese a que tenemos una demanda sostenida en el segmento del lujo, hay también muchas rebajas", dice Paur.
Muchas multinacionales siguen aumentando sus capacidades productivas en este mercado, que se ha vuelto más difícil, y apuestan por su crecimiento regular cuando para tres de cada cuatro compradores chinos de un coche nuevo es su primer vehículo.
Las marcas extranjeras siguen predominando en China, pero el Gobierno presiona a los constructores internacionales para que lancen nuevas marcas en el país asociados a firmas locales. De esta forma, Pekín quiere acelerar las transferencias tecnológicas en este sector clave de su economía y espera poder llegar a crear marcas dotadas de fuerte notoriedad, algo que por ahora les falta.
Las dificultades del sector no han impedido que varios fabricantes internacionales, entre ellos Volkswagen o Ford, anuncien la construcción de nuevas fábricas para aumentar su capacidad.
"El gobierno ha hecho las cuentas tras veinte años de apertura de la industria automovilística a los socios internacionales en China. El resultado es que la transferencia ha sido muy limitada", explicó a la AFP Maxime Picat, director general de Donfeng Peugeot Citroën Automobile (DPCA), la contraparte del grupo francés en China.
La creación de "marcas autóctonas" por la empresas conjuntas debería resolver este doble problema para la industria automovilística china, aunque al mismo tiempo podría penalizar a las marcas de fabricantes chinos, cuya cuota de mercado, inferior al 30%, no solo no crece, sino que incluso retrocede.
General Motors, primer fabricante extranjero en China, fue el primero en lanzar el año pasado la marca Baojun, en asociación con el grupo de Shanghai SAIC.
Nissan, tercer grupo extranjero en el mercado, anunció a finales del 2011 el lanzamiento con su socio Dongfeng, de la gama Venucia, un vehículo totalmente eléctrico. Se espera que se pueda comercializar ya para 2015, en función de las infraestructuras que se construyan para recargarlo o cambiar de baterías.
Las dificultades de los fabricantes chinos en el mercado interno podrían acabar incitándoles a reforzar su presencia en el extranjero, incluida Europa, donde Great Wall inició en febrero la producción en una fábrica en Bulgaria. "Como muy tarde en cinco años, China lanzará una ofensiva exportadora" de coches, alerta Ferdinand Dudenhöffer, profesor del Center Automotive Research en Alemania.

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