martes, 28 de junio de 2011

El fin de una era: Bugatti vendió el último Veyron coupé.

Logró lo imposible

La velocidad es algo que siempre nos ha llamado la atención, hace poco más de 100 años la gente aseguraba que era imposible exceder velocidades de 60 millas por hora (100 km/h) ya que a partir de esa cifra se estaría viajando tan rápido que no se podría respirar.
Afortunadamente el belga  Camille Jenatzy le demostró al mundo que estaba equivocado al romper el récord  de velocidad el 29 de abril de 1899 llegando hasta las 65.7 millas por hora (105.88 km/h ), a partir de ese día el cielo fue el límite.
La velocidad a la que la tecnología avanza es exponencial, 50 años después del récord de Jenatsy el auto de producción más rápido era el Jaguar XK120 que llegaba a las 124.6 millas por hora (200.5 km/h). Sólo 35 años pasaron para lograr cubrir las siguientes 60 millas por hora en un auto de producción cuando el Ferari 288 GTO logró una velocidad máxima de 188 millas por hora (303 km/h).
 El siguiente paso fue uno que tampoco se creía posible, la idea de romper la barrera de los 400 kilómetros por hora (248.5 mph) en un auto de producción fue una que mucha gente nunca creyó, pero después de muchos años de planeación y dolores de cabeza nació el Bugatti Veyron 16.4.
Este auto salió al mercado con el récord de ser el más caro del mundo, y la promesa que también sería el más rápido. Con un precio de $1 millón, el Veyron era un auto sumamente exclusivo del cual Bugatti anunció que sólo fabricaría 300 unidades.
El Veyron logró su promesa de ser el auto más rápido del mundo al obtener el récord de velocidad para un auto de producción con 253.81 millas por hora (408.47 km/h). Esto lo logra en gran parte gracias a su enorme motor de 16 cilindros y cuatro turbos, el cual entrega 1001 caballos de fuerza. Pero eso no es todo, la aerodinámica juega un papel sumamente importante ya que entre más rápido vas, más difícil es acelerar. El Veyron utiliza sólo 270 caballos de fuerza para llegar hasta las 155 millas por hora (250 km/h), el problema son las 100 millas por hora restantes.
Entre más rápido se viaja, el aire se vuelve más denso y cuesta más trabajo moverse, el Veyron utiliza la enorme potencia de su motor combinado con su diseño funcional para literalmente cortar el aire y lograr esas velocidades vertiginosas. Cuando este auto viaja a velocidad máxima traga el mismo aire en un minuto que una persona respira en 4 días, todo este aire le ayuda a los 10 radiadores que tiene a mantener el motor en temperatura funcional.
Desafortunadamente aire no es lo único que traga. A 250 millas por hora las llantas (que cuestan poco más de 30 mil dólares el juego) duran únicamente 15 minutos, pero no hay por qué preocuparse ya que el tanque de gasolina de 26 galones (100 litros) dura únicamente 12 minutos, por lo que nos quedaremos sin gasolina antes de quedarnos sin llantas.

El mejor evolucionó

Lógicamente hay sólo un par de lugares en el mundo donde se puede llegar a esas velocidades y prácticamente no existe dónde mantener esa velocidad durante tanto tiempo, pero de igual manera la aceleración de esta bestia no es cosa de juego y para detenerla se necesita algo especial.
El sistema de frenos es sumamente potente con sus enormes discos perforados de fibra de carbono con silicón junto a los calipers de freno con 8 pistones de titanio adelante y 6 pistones atrás. Por si esto no fuera suficiente, el alerón trasero del Veyron también funciona como freno al colocarse en un ángulo de 55 grados cuando se toca el pedal, esto otorga cerca de 0.7g de desaceleración, lo que se traduce en la potencia de frenado de un hatchback normal. Como medida de seguridad se instaló un sistema ABS en el freno de mano.
Muchos pensamos que el Veyron jamás sería superado, pero en 2007 el SSC Ultimate Aero le arrebató el récord. Los ingenieros en VW no estaban nada contentos y decidieron hacer una versión Super Sport, a la cual le agregaron otros 200 caballos de fuerza para que lograra una velocidad máxima de 267.856 millas por hora (431.072 km/h). Los Super Sport que Bugatti vendió al público estaban limitados a  258 millas por hora (415 km/h ) para proteger las llantas.
Los 300 vehículos que VW dijo que fabricaría ya fueron entregados y de el Super Sport existen muy pocos ya que se comenzaron a fabricar cuando la producción ya iba en 260 unidades. La única manera de obtener uno ahora es en el mercado de los autos usados pero no todo está perdido, todavía se puede conseguir la versión convertible, que aunque no es tan rápido ya que su velocidad máxima es de 229 millas por hora (369 km/h ), sigue siendo uno de los autos más rápidos del mundo.
Cuando la producción de 150 unidades del Veyron convertible termine, la compañía tomará una nueva dirección y fabricará un sedán de lujo con cerca de 850 caballos de fuerza.
El Veyron es el momento Concorde de la industria automotriz, jamás veremos otro auto de producción con bolsas de aire, aire acondicionado, vidrios y seguros eléctricos y sistema de sonido que pueda llegar a esas velocidades. La industria automotriz está tomando otra dirección enfocándose en cosas como el consumo de combustible y la ecología, por lo que un monstruo como el Veyron no tiene lugar en el mundo de hoy.
Para muchos es un auto sin sentido, sobre todo porque sólo 17 dueños lo han llevado hasta la barrera de las 250 millas por hora, y con un precio por demás prohibitivo es difícil ver como algo parecido vuelva a suceder, sobre todo porque incluso costándole al público más de un millón de dólares, a VW le cuesta más producirlo, por lo que cada Veyron se traduce en una pérdida para la compañía.
El Veyron pasará a la historia como uno de los autos más importantes jamás producidos gracias a que logró lo que muchos creían imposible, viajar a 250 millas por hora escuchando nuestra canción favorita.

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