Un grupo de fanáticos mide la velocidad de sus "juguetes" en un circuito increíble. Es la gente que se nuclea en Rosario RC-TT (radio control-todoterreno).
"Ultimos segundos de la final de truggys (camionetas), Javier del Río se encamina hacia la victoria... ¡bandera a cuadros para el ganador!", alza la voz el relator en la polvorienta pista del club de Cazadores Guillermo Tell, en General Lagos. Allí, un grupo de locos lindos despunta el vicio de manejar por radio control unos pequeños autos que tienen mucho colorido y desarrollan una velocidad y potencia increíbles.
Es la gente que se nuclea en Rosario RC-TT (radio control-todoterreno) y que tiene un campeonato organizado en base a dos categorías: los buggys y los truggys o camionetas.
Cristian Cocca sea quizás la cabeza visible de la organización de cada prueba. Está en todos los detalles, alienta a los pilotos y a sus mecánicos y es quien explica a LaCapital cómo es eso de "subirse" a un auto radiocontrolado. "A nosotros nos nuclea la International Sport Model Asociation, que incluye cuatro bloques: Asia, Sudamérica, Estados Unidos y Canadá, y Europa. Argentina tiene la Asociación Argentina de Pilotos de Automodelismo Radiocontrolado (Apar), que incluye la gente de pista y de todoterreno", señala.
Mientras tanto, la prueba de truggys transcurre con el rugir de los pequeños motores como fondo. Los peraltes, saltos dobles y triples, la meseta y los permanentes vuelcos de los autos que entran jugadísimos en cada curva, le dan más brillo a una tarde espectacular. Del Río no afloja y quiere asegurarse la victoria.
La actividad a nivel mundial empezó a principios de los 70 con el modelo 1/8 pista, pero el todoterreno explotó alrededor del 95. Ese año, en el Mundial desarrollado en Francia, el piloto de F-1 español Pedro de la Rosa salió segundo y también el campeón mundial de F-1, el español Fernando Alonso, formaba parte de la actividad.
A nivel local, las carreras de todo terreno comenzaron a mediados del 2000 y en 2001 se organizó la primera fecha del nacional. "Había una pista en Lobos y la del Guillermo Tell (ubicada en el kilómetro 281 de la ruta provincial 21, en jurisdicción de General Lagos). En 2008 le cambiamos el recorrido y la adaptamos a las normas internacionales. Tiene más de 320 metros y unos cuatro de ancho. El podio tiene unos 4 metros de altura y con capacidad para 15 pilotos. También hay zona de boxes y todo lo necesario para trabajar como si fuera un autódromo. Cuando hablamos de estos autos nos referimos a los buggys 1/8 a escala 4 x 4 con motor a explosión, y las truggys, es decir las camionetas, que son un derivado de los buggys", amplía.
Cocca corre en la categoría buggys y es un apasionado como cada uno de los pilotos que no sólo llegan de Rosario, sino también del resto de la provincia, o de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y hasta alguno de La Pampa. "Cuando arrancamos éramos unos 5 pilotos, ya en 2008 éramos 12 y actualmente el campeonato local, que bien se podría decir que es un regional, reúne por fecha a uno 18 pilotos en buggys y unos 12 en truggys. Se corre generalmente el tercer sábado de cada mes", cuenta entusiasmado.
Los costos.Cuando se le pregunta si es una actividad costosa, ya que no es sólo tener un auto, sino también los repuestos, el combustible y otros accesorios, Cocca plantea que "para arrancar se necesitan 4 mil pesos. Estamos hablando de radio, auto (cuyo peso oscila entre los 3,200 y los 4 kilos), motor y combustible. Nosotros asesoramos a la gente de no comprar un modelo caro al principio. Le decimos que se llegue hasta el circuito, vea de qué se trata y después decida. En estos autos tenés que saber manejar la potencia. Después para subir hay tiempo, pero se manejan otros costos. Esta actividad no se aprende de un día para el otro", asegura.
Los pequeños autos desarrollan velocidades máximas de hasta 50 kilómetros por hora y desde la organización recomiendan no usarlos en cualquier lugar. Y no hay una edad determinada para iniciarse: los pilotos van desde los 11 a los 70 años. Eso sí, comparten la misma pasión y las carreras se disputan a todo o nada.
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