viernes, 29 de abril de 2011

Test: Jeep Cherokee.

Ha mejorado su aspecto exterior, su espacio interior y el equipamiento, pero aún sigue siendo un verdadero y tradicional 4x4 capaz de sortear los caminos más adversos manteniendo intacta su esencia de siempre.


Tapizados de cuero, techo solar y asientos eléctricos, asistente para el estacionamiento, etc. Pareciera que nos estamos refiriendo a algún sedan que intenta pertenecer a un segmento de autos de cierta categoría pero, sin embargo, se trata del ya emblemático Jeep Cherokee, un todoterreno bien al estilo yankee que ya lleva muchas años en el mercado y que, justamente, nunca se caracterizo por sus cualidades exquisitas sino más bien por su robustez.

Claro, es uno de los fieles exponentes de la década del 80 en los Estados Unidos (y a no confundirse con la Grand Cherokee, una versión más lujosa) que mutó poco y nada con el tiempo y siempre privilegió su aspecto cuadrado hasta que por mediados de la década terminada empezó a mostrar un aspecto más depurado hasta llegar a esta última versión, también un tanto cuadrada para preservar el instinto inicial, pero a la vez con más diseño.

Este nuevo aspecto no debe confundirnos porque sigue siendo una camioneta preparada para aquellos que verdaderamente no les importa tanto el aspecto y sí mucho más la confiabilidad y la capacidad fuera de ruta.

Esta última edición ha crecido de tamaño en todos los sentidos y, curiosamente (al menos para quién suscribe), su tamaño se advierte mucho más importante desde adentro que exteriormente. Sentado en el puesto de conducción de la Cherokee brinda la sensación de poder, un poco por su posición bien elevada, otro tanto por su tamaño y por su sonido de potencia que siempre nos da la sensación de encontrarnos ante un tanque que aplastará todo a su camino.

Su dirección es asistida pero no resulta dócil, siendo bastante más dura que la de otras camionetas, aunque ello pareciera ser intencional para mantener su esencia. Del mismo modo todo en su interior es medianamente rústico. Si bien dieron ingreso a las nuevas tecnologías se mantuvo un espíritu duro de pocas redondeces que coinciden con el aspecto general del auto. También existen otros elementos que podrían ser igualmente actualizables como la radio o las anticuadas luces de las pantallas del estéreo o la computadora de abordo. Más allá de eso los materiales son por lo general plástico muy bien insertados.

El asiento del conductor no tiene una importante sujeción aunque es cómodo y se acomoda bien a las necesidades. La consola central ofrece un buen espacio y lugares para dejar objetos. Sin embargo no siempre el espacio está bien aprovechado como en las plazas traseras o el baúl, porque el asiento del acompañante ve mermado el lugar para las piernas por el angostamiento de ese espacio debido al tamaño que ocupa la caja. Del mismo modo, la guantera es muy pequeña.

Su motor pareciera por momento tener más fuerza que los 205 caballos que verdaderamente le asignó la marca y ruge cada vez que se lo acelera como un fiel V6. Obviamente que este importante impulsor de nada menos que 3.7 litros y el peso del vehículo conspiran contra los importantes consumos que evidenciará la Cherokee. Si a ello le sumamos una eficiente transmisión automática pero de solo cuatro marchas vemos que nuestras posibilidades de repostar cada vez más rápido se acrecientan.

Si bien sigue siendo un rudo, Jeep decidió no colocarle caja reductora sino que, inteligentemente, estimó conveniente hacer un sistema mixto por el cual, mediante una perilla, podemos seleccionar la tracción simple, la 4x4 alta e inteligente que será seleccionada por el auto según las condiciones del terreno y, por último, la 4x4 baja para el ingreso al verdadero off road. Con esto aúnan el sentido propio de este vehículo sin tener que llegar al tradicional sistema de doble palanca.

La camioneta se desenvuelve bien en la ciudad a pesar de todo, lo que le permite tener capacidad familiar porque posee buen equipo de confort y es muy amplia adentro donde cabrán cinco adultos más que confortables. Esto permitirá que sea usada por un aventurero ocasional como auto principal y no se sentirá fuera de lugar en el cemento urbano.
















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