martes, 12 de abril de 2011

Lanzarán En EE.UU. El Auto Volador.

Un centenar de millonarios de todo el mundo pagaron entre US$ 200.000 y US$250.000 para poder ser los primeros en tener su propio coche que vuela.

 

 
El Transition es un auto volador que a fines de este año estará en las calles de los Estados Unidos y, una vez afianzado en ese mercado, la idea que tienen en la compañía es expandirse hacia otros sitios.
Hasta el momento, 100 millonarios de todo el mundo (entre los cuales hay brasileños y colombianos, además de estadounidenses) desembolsaron entre US$ 200.000 y US$250.000 para ser los primeros en manejar uno de los dos modelos diseñados de este particular vehículo.
Terrafugia es la empresa encargada de vender estos autos, que oportunamente significa  “escape de la tierra”.
Diseñado por ex alumnos del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), se transforma de auto en avión particular en tan sólo unos segundos.
El prototipo inicial sólo tiene capacidad para dos pasajeros, pesa 600 kilos y en una superficie terrestre podrá circular a 80 kilómetros por hora, mientras que cuando se encuentre en el aire alcanzará los 130 kilómetros por hora.
Para desplazarse utiliza dos motores a nafta: el destinado al vuelo es un Rotax 912S de 4 cilindros y 100 caballos de fuerza, con un consumo de 19 litros por hora.
Si quiere reservarse un Transition, debe depositar US$ 10.000, y tiene que tener en cuenta que no sólo le pedirán la licencia de conducir, sino también la de piloto de avión, ya que tiene el doble comando.
Antes de volar, debe oprimir un botón para que se desplieguen las alas y listo, sólo tiene que volver a pulsarlo cuando aterriza, para que las alas se plieguen y no molesten a los demás conductores, que seguramente lo mirarán como si usted fuera un extraterrestre, recién venido de una misión espacial.
¿Pero por qué tener un auto y un avión junto, como si fuese un combo de McDonald?s, en vez de tener la hamburguesa por un lado y las papas fritas por el otro?
Imagínese que usted va volando y se viene la bendita turbulencia: en vez de ponerse a rezar un Ave María, o calzarse la kipá y empezar con el Baruj Atá Adonai, puede aterrizar y seguir por la ruta con el coche. Cuando el tiempo mejora, abre las alas y el avión despega nuevamente, para que el tráfico no se convierta en una molestia.
Pero lo mejor es cuando usted se va de vacaciones y aterriza en el aeropuerto: no tiene que esperar que vengan las valijas para volver a meterlas nuevamente en el auto, siempre se quedan en el mismo lugar, hasta llegar a la puerta de su casa.

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