Con el segundo puesto, Guillermo Ortelli ya estaba hecho. Porque si bien le hubiera gustado conseguir la victoria en pista, el saltense se retiraba del Gálvez con 34 puntos de ventaja en el campeonato sobre el hasta ese momento escolta Ponce de León. Sin embargo, con la exclusión del juninense, Guille amplió la ventaja a 38.50 unidades sobre Ugalde (abandonó por la rotura del piso de su Ford cuando se despistó por una mancha de aceite), sumó el logro necesario para aspirar a la sexta corona en TC y, casi, casi, está clasificado para la Copa de Oro, mini torneo de cinco competencias al que acceden los 12 mejores de las 11 primeras fechas. “Si bien es importante ingresar al playoff y sumar los siete puntos por ganar la etapa regular, lo más importante va a ser mantener la performance del auto en la instancia de definición”, dijo Ortelli.
El Chevrolet que alista el Dole Racing está firme. Guille perdió en la movida con Ponce de León pero el León nunca pudo despegarse. “Lo corrí toda la carrera, pero cuando me ponía atrás para intentar algo, perdía mucho grip”, expresó el saltense.
Para colmo, los que pretendían descontarle, tuvieron actuaciones para el olvido en la cita porteña. Rossi, que al Gálvez llegó 3º en el certamen, desertó por problemas en el motor al promediar la prueba. Lo mismo pasó con Werner (4º), quien rompió el cable del acelerador de su Ford en la largada de la serie y ni siquiera pudo tomar parte de la final. Falaschi (5º) también penó con el impulsor del Falcon, que explotó al abrir la cuarta vuelta de la batería inicial. Pernía (6º) se metió 4º tras la largada pero se tocó con Ledesma antes de la Horquilla, rompió la trompa y cayó hasta el 13º lugar. Girolami (8º) rompió el propulsor en el segundo chico y quedó como primer suplente (partieron los 45 clasificados para la final). Canapino (12º) también quedó a la espera -desertó en la serie por presión de nafta- y no largó una final por tercera vez al hilo.
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