Un auto se considera versátil cuando puede cumplir con varias necesidades al mismo tiempo. Vehículos como las pickups son muy buenos para el trabajo pero la falta de cajuela las hace imprácticas en la ciudad. Lo mismo pasa con muchos vehículos off-road que son muy buenos para las excursiones por el bosque pero su manejo en las carreteras deja mucho que desear; y los deportivos pueden ser un verdadero martirio como coche para todos los días gracias a lo firme de su suspensión y la falta de espacio en el interior.
Es ahí donde los sedanes familiares con carácter deportivo entran en la ecuación. Autos famosos como el Mitsubishi Lancer Evolution o el Subaru Impreza WRX han hecho de este segmento una opción real para muchos compradores que necesitan espacio y comodidad para la familia pero no están dispuestos a sacrificar la diversión.
Volkswagen también lleva muchos años haciendo versiones deportivas de autos familiares, y la segunda generación del Jetta GLI nos muestra toda esta experiencia en todo su esplendor.
El Jetta 2012 es un sedán compacto de muy buen tamaño, con excelente espacio interior y gran comodidad. Los asientos tienen muy buen soporte lateral y las plazas traseras gozan de excelente espacio para las piernas.
El espacio de cajuela es bastante generoso y podrá llevar a 5 pasajeros en viajes largos sin mayores problemas… sí, con todo y maletas. En cuanto a espacio se refiere, el Jetta es de lo mejor que ofrece el segmento de los sedanes compactos.
Pero uno no compra un GLI por eso, uno compra un GLI por su motor 4 cilindros turbo de 200 caballos de fuerza que en nuestra aversión de prueba estaba acoplado a una caja manual de 6 velocidades. La puesta a punto de la suspensión es completamente diferente a la versión normal del Jetta. En esta ocasión tiene un enfoque mucho más firme y deportivo, sin convertirse en algo demasiado duro y que incomode.
El manejo del auto es cómodo en general, se puede conducir como cualquier otro auto familiar sin mayores problemas. Cuando pisamos el acelerador es cuando sabemos que traemos algo diferente. La respuesta del antes mencionado motor es pareja y constante aunque no brutal. El GLI es de esos autos en los que realmente te das cuenta que tan rápido vas cuando la aguja ya pasó la mitad del velocímetro.
Tiene muy buen agarre aunque lógicamente presenta algo de subviraje si se exagera con la velocidad de entrada a las curvas. Con el piso mojado es mejor dejar prendido el control de tracción y estabilidad en todo momento.
El comportamiento del auto es sumamente diferente en términos generales en comparación con la versión normal, el GLI se siente más refinado en todos los aspectos.
El GLI es fácil de identificar gracias a su parrilla de panal y spoiler delantero, también cuenta con rines especiales y un pequeño alerón en la cajuela. Aunque sigue siendo un Jetta, estos detalles lo diferencian lo suficiente para saber que estamos ante una versión deportiva.
En el GLI no se escatimó en los materiales ni en el ensamble. El interior es un lugar muy agradable donde estar, el diseño del tablero no cambia con respecto a la versión normal, pero el volante es completamente diferente al compartir timón con el Golf GTi. Dicho volante tiene un excelente agarre y es de los mejores que hay en el segmento gracias a su diseño ergonómico y deportivo.
El GLI no es exactamente un GTi con cajuela, pero está muy cerca de serlo. Al igual que su hermano hatchback, este auto junta lo mejor de dos mundos al ofrecer un sedán con funcionalidad real para transportar a toda la familia y las características dinámicas que los hacen lo suficientemente divertido como para olvidarnos de ese auto deportivo que queríamos comprar pero no se pudo por que la familia no cabe y no es funcional, cosa que el Jetta GLI sí es.
Lo Bueno:
- Diseño del volante
- Espacio en la cajuela
- Versatilidad
- Se agradecerían los 20 caballos de fuerza extras que tiene el GTI
- Los frenos se cansan relativamente rápido
- La distribución de peso
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