jueves, 1 de septiembre de 2011

Nuevo León, capital del robo de autos.

De cada diez hurtos en el país, cuatro ocurren en la entidad; sólo en julio se reportaron mil 364 casos con violencia.

Atrás de los cinco presuntos autores confesos del incendio del Casino Royale, que presentó ayer el gobierno de Monterrey, había ocho vehículos que se observa en un video usaron o para cargar los botes de gasolina con la que rociaron las instalaciones, para vigilar que se perpetrara el plan o para transportar a los ejecutores de la venganza. Todos tenían reporte de robo.
Mes a mes los índices de robos de vehículos en Nuevo León rompen récord. Nada queda de aquel Monterrey que hasta hace cinco años era referencia en América Latina por ser una de las ciudades con menor índice delictivo y tener un índice de crecimiento económico por arriba de la media.
El mes pasado, por ejemplo, hubo más de dos mil asaltos de vehículos con violencia, cuando en 2007, había meses que apenas si ocurrían dos, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Y para entender la magnitud de este fenómeno, basta decir que casi una cuarta parte de los seis mil 154 vehículos que el mes pasado se robaron con violencia a escala nacional sucedieron en Nuevo León, es decir, mil 364.
“Los carros los roban en todos lados y a todas horas”, asegura Roberto Gallardo, director de la Asociación Nacional de Empresarios Independientes, ANEI .
Dos de las tesis más frecuentes de por qué este abrupto incremento de robos son: que los criminales los usan como herramientas para ejecutar sus delitos, como en el caso de los “zetas” que incendiaron el casino, o porque los arrebatan para comercializar las autopartes.
“La cifra que maneja el gobierno, como premio de consolación, es que se recupera el 70 por ciento de los vehículos, pero aparecen sin asientos (se los quitan para tener espacio suficiente para transportar armamento, de acuerdo con autoridades) o sin radiadores”, dice Gallardo.
El miedo de la población a ser vulnerables a un asalto ha llegado a tal grado que están cambiando los vehículos lujosos por autos de segundo uso.
Y el miedo no sólo es por las cifras, sino porque cada vez es más común que alguien ya haya sido víctima de un robo en Monterrey o conozca a alguien de primera fuente que le sucedió.
Sara, una ingeniera de ventas de una empresa especializada en redes inalámbricas, cuenta que a su compañera de cuarto le acaban de quitar su camioneta y que sus clientes de plano tienen escondidos en sus cocheras autos de lujo como Mercedes Benz, Alfa Romeo y Audis.
Y si uno sigue preguntando la lista se hace enorme, en tres días, al menos tres taxistas confesaron a Excélsior, mientras daban servicio, que ya habían sido víctimas de este delito.
“Un millonario que apenas el año pasado traía el Audi, el más picudo, lo cambió por un Maxima 99, para que te des cuenta”, comenta Roberto.
Las camionetas que de plano se volvieron casi prohibidas entre los ciudadanos son las Tahoe, como hubo una época en la que eran las favoritas de los delincuentes, “el que trae una Tahoe anda con un miedo horrible”.
Y dejar de usar autos lujosos o camionetas sólo son un par de medidas que ha tomado la población para protegerse.
“Cuando le pregunté a un amigo que dónde estaba su camioneta (Toyota Sequoia), me respondió: ‘la dejé en la casa, no la estamos moviendo ni mi esposa ni yo, porque estamos apanicados”, recuerda Roberto.
Muchos empresarios ya ni siquiera esperan a cambiar de auto, de plano han decidido abandonar Monterrey y refugiarse en ciudades estadunidenses como: Texas, Mc Allen, San Antonio, Austin y Dallas.
Las Cámaras de Comercio de Estados Unidos y de Canadá, además de bancos canadienses que ya detectaron este éxodo, han buscado en diversas ocasiones a la Roberto Gallardo para abrirles las puertas de sus países a inversionistas regiomontanos que tengan miedo y que deseen sacar su dinero de México.
“Me dicen bancos canadienses ‘mira es bien fácil, tienes que invertir 600 mil dólares al principio, pero si no los tienes, yo te los presto, te pongo a la gente para que agilicen sus visa, te vienes y en dos meses ya estás trabajando”, relata Roberto Gallardo de ANEI .
Mientras los canadienses y los estadunidenses buscan cazar a los inversionistas de Monterrey, cada mes el robo de autos supera al anterior en Nuevo León.

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